Efectivamente así es y se trata de una chica venida de la República Checa. Se llama Betty (nombre que, en mi gran ignorancia, no me parece nada checo) y que, como servidora, se encuentra aquí para mejorar su inglés.
La chica parece maja pero bastante más “tiesa” que la francesa. Cosas de ser del “este” supongo...
Hoy en la escuela también teníamos novedades. Han llegado dos tíos de, mira tú por donde, de la República Checa también. Se llaman Daniel y Daniek, tal cual.
Me ha tocado sentarme con Daniek y debo decir que me ha costado horrores entender lo que me decía. Tanto que he decidido que mañana no me sentaré con él porque en general no me entero de lo que me dice y porque cuando se ríe emite un sonido que me sugiere el del oso en celo.
Resulta que cuando yo competía se me forjó el mito de los checos y que no es otra cosa que el casi convencimiento de que en la República Checa algo raro se cuece que hace que las tías y los tíos de allí sean muy guapos en general. No sé por qué pero así era. Te forjas un paraíso terrenal con tu tópico absurdos y luego se te desmorona en mil pedazos.
Ayer llega Betty y es una tía delgaducha con cara anodina y nada resultona. Más sosa y seca que la hostia. Hoy conozco a Daniel y Daniek y, para mi desgracia y entretenimiento visual, no se parecen en nada a sus compatriotas decatletas.
Me han destruido mi mito checo sin piedad. ¡Con lo cañonazo que estaba Roman Sebrle!
Y lo petao que va, se le va a romper un huevo...
ResponderEliminar¡¡¡Tú calla!!! :P
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