La verdad es que estos días han sido muy productivos y ya tengo la sensación de que el tiempo vuela.
Ya he acabado mi primera semana de curso y estoy contenta con la profesora que me ha tocado y con los compañeros.
No somos muchos estudiantes en el grupo y, para mi sorpresa, el grupo más numeroso no proviene de ningún país asiático concreto sino de Alemania. Somos unos 10 alumnos y 4 son alemanes. Hay además, y que yo lo sepa con seguridad, una francesa, un coreano y una tailandesa. El resto son un par de chicas también asiáticas pero desconozco su nacionalidad.
Aquí, y en todo el mundo, hay que ser muy prudente cuando te diriges a alguien asiático y no cometer el error de presuponer que es "chino" o "china". A un coreano (ya no digamos a un japonés) no le hace ni puta gracia que le confundas con un chino.
En general, con estos temas mejor no meterse en camisa de once varas y si conoces a alguien es mejor, antes que probar tu suerte, preguntarle directamente de dónde es.
Es más o menos como el tema de la edad...Nunca te aventures a decir la edad de nadie y jamás caigas en la pregunta trampa de "¿Cuántos me echas?". Si ya has llegado a ese punto de no retorno, la has cagado porque digas lo que digas será incorrecto.
Pero en fin, aparte de esta tonta observación, debo decir que estoy conociendo gente muy maja.
Sí, amigos, ya he conocido españoles en Nueva Zelanda aunque la verdad es que no hablo casi nada de español porque es rara la ocasión en que sólo estamos los españoles juntos por lo que entre nosotros también hablamos inglés, en general.
Los días se han sucedido entre paseos, pequeñas investigaciones del barrio donde vivo y las compras necesarias para acabar de instalarme.
Sobre las compras, resulta que aquí hay un montón de asiáticos y, cómo no, sus tiendas son las más baratas. El otro día me metí en una tienda "china" (pues a saber de dónde eran) y creo haber encontrado los kiwis más baratos, si no del mundo, almenos de Auckland.
Atención al ofertón: 1 kilo de kiwis a 70 céntimos de dólar neozelandés cuando el precio normal aquí es de 3 dólares. Osea, que me han salido por 35 céntimos de € el kilo, para entendernos. Y que sepáis que están buenos y que no me han salido pústulas malignas por el cuerpo después de su consumo. Me parece que me voy a hartar a kiwis.
Sobre la comidad, en general, todo es algo más barato que en España y bastante más barato que en Suiza aunque no es fácil encontrar supermercados "occidentales" grandes donde los precios estén mejor. En general lo más fácil es acabar en una de esas tiendas pequeñas y socorridas donde, dalo por hecho, pagarás todo mucho más caro.
Lo mejor, en estos casos, siempre es hablar con el que lleve más tiempo por aquí y que te informe como un buen camarada. Que haberlos "haylos".
El segundo día de estar aquí, sin ir más lejos, entro en el ascensor de mi edificio (tema, el del ascensor, que también tiene tela pero que ya os contaré) y nada más entrar veo a un tío que llevaba escrito en la cara "soy español". Le pregunto en inglés de dónde es y, patapam, me dice que de Barcelona.
Total que el tío muy majete, que también era profe y que estaba allí, como yo, gracias a la beca del Ministerio. Él había llegado hacía tres semanas y haría el resto del curso en otra ciudad del país (Christchurh, para ser exactos).
Bueno pues gracias a este tío descubrí el supermercado occidental estupendo al que fui a comprar anteayer y el buen hombre tuvo además la bondad de darme su entrada del Museo de Auckland porque resulta que cuando pagas la misma tienes derecho a una segunda visita y como el tío se marcha pues me la ha dado. ¿Qué os parece?
Ya llevo dos megaofertones en nada de tiempo. Los kiwis de la muerte y el tipo generoso del ascensor. Que por cierto, ya se ha ido...
Ya he acabado mi primera semana de curso y estoy contenta con la profesora que me ha tocado y con los compañeros.
No somos muchos estudiantes en el grupo y, para mi sorpresa, el grupo más numeroso no proviene de ningún país asiático concreto sino de Alemania. Somos unos 10 alumnos y 4 son alemanes. Hay además, y que yo lo sepa con seguridad, una francesa, un coreano y una tailandesa. El resto son un par de chicas también asiáticas pero desconozco su nacionalidad.
Aquí, y en todo el mundo, hay que ser muy prudente cuando te diriges a alguien asiático y no cometer el error de presuponer que es "chino" o "china". A un coreano (ya no digamos a un japonés) no le hace ni puta gracia que le confundas con un chino.
En general, con estos temas mejor no meterse en camisa de once varas y si conoces a alguien es mejor, antes que probar tu suerte, preguntarle directamente de dónde es.
Es más o menos como el tema de la edad...Nunca te aventures a decir la edad de nadie y jamás caigas en la pregunta trampa de "¿Cuántos me echas?". Si ya has llegado a ese punto de no retorno, la has cagado porque digas lo que digas será incorrecto.
Pero en fin, aparte de esta tonta observación, debo decir que estoy conociendo gente muy maja.
Sí, amigos, ya he conocido españoles en Nueva Zelanda aunque la verdad es que no hablo casi nada de español porque es rara la ocasión en que sólo estamos los españoles juntos por lo que entre nosotros también hablamos inglés, en general.
Los días se han sucedido entre paseos, pequeñas investigaciones del barrio donde vivo y las compras necesarias para acabar de instalarme.
Sobre las compras, resulta que aquí hay un montón de asiáticos y, cómo no, sus tiendas son las más baratas. El otro día me metí en una tienda "china" (pues a saber de dónde eran) y creo haber encontrado los kiwis más baratos, si no del mundo, almenos de Auckland.
Atención al ofertón: 1 kilo de kiwis a 70 céntimos de dólar neozelandés cuando el precio normal aquí es de 3 dólares. Osea, que me han salido por 35 céntimos de € el kilo, para entendernos. Y que sepáis que están buenos y que no me han salido pústulas malignas por el cuerpo después de su consumo. Me parece que me voy a hartar a kiwis.
Sobre la comidad, en general, todo es algo más barato que en España y bastante más barato que en Suiza aunque no es fácil encontrar supermercados "occidentales" grandes donde los precios estén mejor. En general lo más fácil es acabar en una de esas tiendas pequeñas y socorridas donde, dalo por hecho, pagarás todo mucho más caro.
Lo mejor, en estos casos, siempre es hablar con el que lleve más tiempo por aquí y que te informe como un buen camarada. Que haberlos "haylos".
El segundo día de estar aquí, sin ir más lejos, entro en el ascensor de mi edificio (tema, el del ascensor, que también tiene tela pero que ya os contaré) y nada más entrar veo a un tío que llevaba escrito en la cara "soy español". Le pregunto en inglés de dónde es y, patapam, me dice que de Barcelona.
Total que el tío muy majete, que también era profe y que estaba allí, como yo, gracias a la beca del Ministerio. Él había llegado hacía tres semanas y haría el resto del curso en otra ciudad del país (Christchurh, para ser exactos).
Bueno pues gracias a este tío descubrí el supermercado occidental estupendo al que fui a comprar anteayer y el buen hombre tuvo además la bondad de darme su entrada del Museo de Auckland porque resulta que cuando pagas la misma tienes derecho a una segunda visita y como el tío se marcha pues me la ha dado. ¿Qué os parece?
Ya llevo dos megaofertones en nada de tiempo. Los kiwis de la muerte y el tipo generoso del ascensor. Que por cierto, ya se ha ido...
Muy interesante la primera remesa de posts vuelo más aposentamiento. Cuidado no se te ponga cara de kiwi.
ResponderEliminarHombre, ser verde y peluda también tendría su qué pero mejor me quedo como estoy y no asustamos a nadie :)
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