martes, 25 de diciembre de 2012

¡Y mucha, mucha salud a todo el mundo!

¿En qué se transforma una madre cuando sumamos?

1. Navidades imminentes.

2. Vuelo de regreso a ciudad natal en 24h.

3. Hij@ enferm@, enferm@, enferm@...

Resultado:



¡Feliz Navidad a tod@s!


domingo, 16 de diciembre de 2012

En compañía de perros.

Después del atracón de ayer, esta mañana, he decidio salir a correr. Llevaba 300 metros de trote cuando dos perros han aparecido a mi vera cual cabritillas desbocadas. Más o menos como estos figuras pero por el medio de la carretera...


En el momento de la aparición canina he tenido que hacer que un coche frenara para que no acabara atropellando al pequeñajo. Por suerte no ha habido canicidio y me he ahorrado el disgusto de tener que enterrarlo improvisadamente en nuestro jardín...

Los perros han seguido corriendo a mi lado y además de lo más contento. Encima los conductores, al pegar frenazos forzosos, me miraban como si yo fuera la dueña. Vamos, que debía deshacerme de ellos. ¡Y rápido! Aprovechando un despiste cánido, he dado mediavuelta y he salido corriendo cual carterista por las Ramblas. No era el plan deportivo que esperaba pero, con el frenesí de la vuelta, creo haber descongestionado mis arterias para unos cuantos años. ¡Lista para otro colapso gastronómico!

sábado, 15 de diciembre de 2012

¡Pedacho pavo, oye!

Marc llevaba unos días de lo más motivado con la idea de cocinar un pavo relleno al horno. ¡Bueno! tan motivado estaba que pretendía hacerlo un viernes después del trabajo...Que yo de pavo no entiendo nada pero sí he visto una jartá de pelis americanas donde te muestran, bien clarito, que hacer el pavo de acción de gracias es un infierno. ¿Pero qué sería del mundo sin gente intrépida? ¡Pues un soberano coñazo! 


Pues dicho y hecho, hoy Marc ha cocinado su pavo y, para dar fe del resultado, hemos invitados a algunos amigos. Los colegas han dado fe y han dado fe de que el pavo ha quedado buenísimo. Lo estaba seguramente porque Marc es un crack y porque el tipo se lo repensó y decidió tomarse toda la mañana del sábado para hacerlo. ¡Y rico, rico! que diría Arguiñano.


Además hemos hecho el tradicional intercambio de libros a lo amigo invisible. ¿Y cómo se hace eso? ¡Pues muy fácil! Primero debe usted tener amigos. Segundo, debe convencer a sus amigos para hacerlo. Tercero, y ya puestos en el tema, usted escoge un libro de su estantería, lo envuelve cual regalo y lo lleva al chabolo donde se vaya a producir el intercambio. Una vez allí, pone su libro junto al resto, hacen un juego para amenizar el intercambio y sales de casa de tu colega con un libro diferente al que llevaste. Fácil, ¿no?

Se supone que lo ideal es coger un libro de tu estantería que consideres recomendable. Osea, se supone que no debes coger el peor libro de la historia para hacer huequito en tu estantería. ¡Ese no es el espíritu! Lo suyo, diríamos, es ofrecer en estos tiempos entrañables algo bueno al prójimo. Como siempre en estos saraos, además de libros güenos siempre acaban apareciendo los truñolibros. Esos libros detestables que no se ha leído ni el autor y que uno desea ver desaparecer de su casa. Lo bueno de estos truñolibros es que, como el turrón, vuelven cada año por navidad y su propietario siempre espera poder desembarazarse de ellos.

Este año los truñolibros han sido:

  

 "¡Todo un clásico!" diréis vosotros, sí. Pero léetelo en inglés....¡Juashhhh!



Este debe ser la hostia pero como seas canadiense y no hables español. ¡Lo flipas, fijo!



¿Queda acaso alguien sobre la faz de la tierra que no lo haya leído? ¡Y lo que ocupa el jodío!

El ganador. El truñolibro del año. Según decían hoy, no falla a ninguna de las citas navideñas y alguien hablaba de un tal Berengueres como del culpable de ponerlo en circulación. ¡Hasta el año que viene, pues!

Ahhhhhh, qué entrañable selección la de esta noche. A mí me ha tocado uno de un tío que hace el camino de Santiago con su burro. Según parece promete. La verdad que esto del intercambio de libros no sería lo mismo sin los truñolibros de por medio. ¡Un brindis por ellos, hombre! ¡Me encantan!

Pocoyo en tandem.

Héte aquí a Jerónimo, Eva y Jone en lo que denominaríamos visionado de Pocoyo en tandem.


Esta modalidad de visionado se puso en práctica la semana pasada cuando, estando de nieve hasta arriba, Jero y Meri nos invitaron a comer paella en su casa. Y claro está, no pudimos resistirnos a tan generosa invitación y en Chevry nos plantamos para pasar el día. 

La paella estaba de muerte y el día de nevada intensiva dió para mucho. Jone además nos regaló una siesta de esas que valen un imperio. Una de esas siestas que te dejan disfrutar durante un buen rato de la buena compañía sin estar mirando a ver qué trastada hace tu cachorra por ahí. ¡Es-tu-pen-do!




miércoles, 12 de diciembre de 2012

La botas de nieve.

Está claro que caminar por la nieve se ha hecho toda la vida y con menos florituras. Sin embargo todo invita a comprarte tu calzado para ir ultrapreparado y, supuestamente, evitar un revolcón en la nieve.

Pues bien, como ya sucediera en el megastore del pneumático, estos días las tiendas de ropa y calzado están siendo invadidas por hordas de ciudadanos sedientos de equipación invernal. Todo el mundo (yo entre ellos) se ha dado cuenta de que con sus bambuchas se pela de frío y que salir a comprar el pan es como irte de paseillo por el ártico. 

Bueno, finalmente me compré mis botas superatómicas para la nieve y ¿qué ha pasado? Pues que me las puse y me salieron unas ampollas que me cago en la madre que parió a Panete...

Las tengo momentaneamente aparcadas en el zapatero con la esperanza de que sólo sea un mal comienzo en lo que, espero, será una larga relación de amistad. Ya os contaré...




El pneumático de invierno.


Si tienes vehículo y no quieres pasar el invierno en la cuneta de la autovía, este gadget es imprescindible. Con estas ruedas postatómicas lo de las cadenas se torna un recurso tercermundista e innecesario. Se acabó lo de salir con ese frío del copón a colocar las cadenas cuando no sabes ni cómo hostias hacerlo y se acabó también lo de perderlas tras rodar 50 metros. 

"Pepi esto no hay Diós que lo ponga...¡Y coge el perro que se nos hiela!"

Con el pneumático de invierno, efecto cadenas permanente y sin doblar el espinazo. Todo ventajas si no fuera porque antes hay que ponerlas, claro.

Bueno, si eres suizo o un ser humano de los responsables, el cambio de pneumáticos lo haces cuando toca y no cuando tu casa y tu pueblo parecen el jodido decorado del anuncio de la coca-cola de este año. Si eres español, latino o un ser humano de los que funciona a salto de mata pues lo normal es acordarte de las ruedas de invierno cuando ya la bajada del parquing de tu casa se hace a vida o muerte. Nuestro caso fue el de... ¡Adivina, adivinanza!

Bueno, después de dos días consecutivos de nevada, el día amaneció milagrosamente soleado aunque seguramente sólo la intervención divina hizo posible que pudiera sacar mi Skodi por la rampa del parquing. Eso y que el Skodi está curtido en mil batallas de nieve...

Salimos, como decía milagrosamente, y decido ir directamente al imperio de las ruedas de la región. Un megataller al que debíamos haber ido semanas antes, como los buenos suizos, vamos. Llego al lugar y allí descubro a docenas de seres humanos de los que funcionan a salto de mata. Somos un ejército de melones. 

Al aproximarme a la entrada, un chico majete me da un número cual cliente de la pescadería y me dice que tendré para unas dos horas. Dos horas. Por supuesto, iba con Jone por lo que la tarde prometía. 

Aparco el Skodi y me dirijo a recepción. Allí se congrega el ejército de melones que, como yo, han sido atrapados por la nieve y necesitan soluciones. En un largo mostrador se encontraban los mecánicos y vendedores. La operación debía ser rápida pero sólo allí tuve que esperar unos 45 minutos. A todo esto Jone correteando por entre las piernas de todo el mundo. Imposible cogerla en brazos más de cinco minutos...

Cuando llegó mi turno, lo juro, elegí y pagué las ruedas en menos de 7 minutos. De allí pasé a la cafetería donde Jone sí podía corretear pero, misterios de la vida, prefirió quedarse a mi vera cual perro lazarillo.¿Por qué no hizo lo mismo en la sala de antes? Bueno, lo de quedarse a mi vera sólo duró un rato y después vuelta al ruedo. Y así casi tres horas, amigos. 

Cuando finalmente nos trajeron el coche casi me pareció oir música celestial. La música celestial se detuvo cuando Jone me hizo un pequeño número a lo increible Hulk para no entrar en su sillita. Tuve que volver a la cafetería y darle teta. Ella también estaba muy cansada, claro.

Finalmente pude meterla en su sillita y salimos del megastore del pneumático con nuestras flamantes ruedas de invierno. Jone al poco rato cayó dormida y en la radio sonaba "I will survive". Era un momento perfecto pese a que tenía los brazos agarrotados. Está claro, Jone ya pesa un quintal...


El apasionante mundo de la nieve y sus gadgets.

Querido lector, si vive usted en latitudes donde la nieve sólo aparece en los anuncios de navidad de la coca-cola posiblemente pueda ahorrarse esta lectura. Si aún así siente curiosidad por saber qué hacer en caso de ser engullido por el bucolismo invernal no se pierda los próximos capítulos. En ellos encontrara lo necesario para vivir civilizadamente y no como lo hace, en algún páramo remoto y frío, el yeti.

"¿Un heladete?"

El pan nuestro de cada día.


lunes, 3 de diciembre de 2012

Y al día siguiente de la Escalade...


Con algo de retraso...


Jone ya ha cumplido 17 meses.

El reto de la muerte 2012.

Estoy más contenta que unas pascuas y no es para menos. Contra todo pronóstico corrí la Escalade en 23:01 y lo hice sin desear caerme muerta en un bar del recorrido a media carrera. ¡Que el año pasado os juro que me costó un huevo y parte del otro!

Para mi gusto, una cosa interesante de estos acontecimientos es que te hacen reflexionar sobre el paso del tiempo. Me refiero a que resulta muy fácil rememorar cómo te encontrabas hace un año y no me refiero al aspecto deportivo, ni mucho menos...

Por ejemplo, el año pasado aún vivíamos en nuestro minipiso Ginebrino. Yo no estaba oficialmente de excedencia y Jone, con poco más de cinco meses, necesitaba teta casi a cada momento. Cuando acabé la carrera de aquel año, Marc me esperaba con Jone y, aún sudando, le di pecho. No hablaba ni papa de francés, no sabía qué pasaría en los próximos tres meses...Todo era como muy de paso.

En fin, que las cosas siempre cambian y por suerte, por ahora, lo hacen aún a mejor

Este año Jone me esperaba con Marc correteando detrás de un globo verde. Sobre lo de la teta, debo decir, que aún hoy sigue tomando y pena me da que no hay documento gráfico del momento..¡Que también lo hubo! Pero por lo menos no fue nada más acabar la carrera y pude tomarme mi tiempo para recuperarme.

Marc, por cierto, también hizo mejor tiempo que el año pasado. ¡Estamos que nos salimos!

Y para el año que viene...¡Pues ya veremos cómo estamos el año que viene!

Y aquí unas fotos de la cena en el Tordoya. Un negociete a la sombra de las leyes suizas donde es posible ver a gente fumando viendo el fútbol mientras se toma una de chipis. ¡Sí, sí!¡Y en Suiza, oye!



viernes, 30 de noviembre de 2012

Escalade 2012.

¡Ya ha pasado un año desde la última escalade y yo con estos pelos!


Mañana volvemos a correr por el casco viejo de Ginebra en lo que será un nuevo reto de la muerte.
Personalmente me he propuesto rebajar el tiempo del año pasado (25:50) y hacerlo sin desear a media carrera sentarme en alguno de los bares del barrio.Tengo que conseguirlo, tengo que conseguirlo, tengo que conseguirlo...

Para motivarme adicionalmente, pensaré en la cena que después de la carrera nos meteremos en el Tordoya. Restaurante gallego camuflado de asociación cultural con uno de los ambientes más grasientos de Ginebra.
¿Promete, eh?

jueves, 29 de noviembre de 2012

La rotonda mágica.

Marc lleva unos días en Bristol haciendo de espía y me ha mandado esta fotanga de la llamada "Rotonda mágica". No os molesteis en buscar los tres pies al gato porque el documeto es totalmente verídico y, aunque parezca mentira, no hay "fotoxop" de por medio.



Resulta que esta obra de ingeniería no está en Bristol sino en Swindon, a unos 40 kilómetros y, sorprendentemente, en ella no mueren docenas de personas cada día. ¡De hecho no muere nadie!

No quiero imaginarme al volante y por la izquierda en ese meollo. Por si acaso le he dicho a Marc que, para un día que le queda en esas tierras, ni harto vino coja el coche...

Espero que me haga caso y hoy lo podamos recoger de una pieza en el aeropuerto.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Bulle.

Pese a los virus y a las bacterias terroristas, este sábado decidimos acercarnos hasta el pueblo de Bulle, a cinco kilómetros de Gruyères. Sí, el pueblo del queso del mismo nombre. Mira tú qué cosas...

El pueblo es divino y hacía un solete que bien valía un imperio. El día fue largo pero entretenido.
Aquí un documento de la jornada en la que el grupo, después de horas en la calle, decide resguardarse del frío en una cafetería.



Manolo, con gorro negro calado, entusiasmado con su i-phone. Marc parece contarle algo a Carlos quien, a su vez, parece más interesado en dibujar vete a saber tú qué cosa en su libreta. Vanessa, junto a Magrans, parece disfrutar de la situación y hasta llora de contenta y Jone, como Manolo, ignora al resto contemplando el i-phone de su padre... ¿¡Y qué!?

¡Pues que mientras todo eso pasaba yo estaba corriendo! Tal cual.


Y es que a Bulle fuimos a correr la corrida bulloise y acabé muerta, muerta, muerta, muerta...

¡Estamos tós malos, o qué!

Llevamos un par de semanitas de órdago... 

Jone se nos puso mala después de ir de cachondeo al grupo de bebés del CERN. Es lo que tiene unir el tiempo otoñal con una marabunta de críos. Los virus hacen de los juguetes rechupeteaos su base de operaciones y de los críos sus objetivos claves.

Los daños ascienden a :
1 Jone enferma 
1 padre perjudicado durante dos semanas.
1 madre al borde del ataque de nervios.

Jone ha tenido diversas fases de enfermedad. La primera fue la de las vomiteras a lo jet d'eau. La segunda la de la cagarrinas de color amarillo. La tercera la de las fiebres poco elevadas pero tocapelotas. La cuarta, en la que nos encontramos ahora mismo, la de la tos perruna.   

Marc está pachucho desde la fase 1 de Jone y, como ella ahora mismo, se encuentra en la fase 4 o de tos perruna. 


Lo milagroso, por decir algo, es que servidora ni se ha puesto enferma ni tiene un pastor alemán arrendado en la traquea. Supongo que lo de haber hecho de maestra y pasar horas rodeada de niños mocosos tiene ahora su recompensa...

Por favor, que se ponga todo el mundo bueno ¡YA!

domingo, 4 de noviembre de 2012

Macacos. Un año después.

Vanessa me acompaña a la sauna de Paquis para comprobar lo que allí sucede...  

"¿Y dices que ésto es normal?"(*)


Hoy.

Hoy he ido a la piscina municipal de Ferney Voltaire. Ha sido una experiencia. 

Para empezar, he pagado la suma 15 loleuros por una entrada que también me dejara ir a la sala de máquinas. La recepcionista me ha entregado una tarjeta con banda magnética y una pulsera con una pelotilla. La pelotilla servía, por lo visto, para abrir las puertas que me fuera encontrando. Todo un avance tecnológico. 

Como he pagado la entrada combinada debía acceder por un lado distinto al de la gente que paga su entrada de piscina a secas (valga aquí la paradoja). Uso la pelotilla y la primera puerta se abre. Llego a una segunda puerta. No preciso de la pelotilla y puedo entrar como se suele hacer con las puertas que funcionan sin pelotilla.  Llego hasta el vestuario. Vestuario enano, enano, enano. Salgo del mismo y busco la siguiente puerta de pelotilla. A todo ésto, la tarjeta magnética seguía en el bolsillo sin usar. 

Llego hasta la sala de máquinas y curiosamente no hay sistema de obertura con pelotilla. Acciono la puerta y ante mis narices aparece la sala de màquinas. Como el vestuario, es enana, enana, enana. Tiene máquinas, claro. Cinco exactamente. Dos bicicletas estáticas, una cinta de carrera, una máquina de remo y una máquina que no sé como se llama pero que parece que vayas haciendo esquí de fondo por los aires. En una de las bicicletas estáticas, un ser humano bien entrado en la sesentena. El único que, como yo, ha caido en la trampa de la entrada combinada

En lo que dura un segundo he contado las cinco máquinas, he visto al hombre sobre la bicicleta estática y he sido abordada por un olor de pies monstruoso. En lo que dura otro segundo he visto el origen de ese olor nauseabundo. El tipo de la bicicleta llevaba puestas unas zapatillas de estar por casa sin calcetines. De color gris, para más datos. 
Bonjour, bonjour. Decido hacer esquí de fondo por los aires. Mi compañero de sala parece sentirse en su bicicleta cual profesional ascendiendo el Tourmalet. Emite unos jadeos y unos resoplidos que, como el olor de sus zapatillas grises, llenan el ambiente más de lo que desearía. Acaba su ejercicio y abandona la sala con una amable sonrisa que, por otro lado, respondo amigablemente. Yo me quedo unos minutos más esquiando por los aires y pensando en la posibilidad irónica de que alguien nuevo entrara y pensara que soy la culpable de hacer que la sala parezca una cámara de gas. Por suerte nadie  entra y acabo con el esquí volador. 

Decido entrar en la piscina. Vuelvo al vestuario y me preparo para nadar. Decido dejar la pelotilla y la tarjeta en la taquilla. Abro la puerta de la piscina (sin pelotilla) y descubro que la piscina está muy bien. Nada que ver con la sala de cinco máquinas. Hago un par de largos y decido concluir el día. Me dispongo a regresar al vestuario cuando descubro que la puerta, de regreso, sí precisa de la pelotilla. Me cago en la leche. Pido auxilio a la socorrista y llego hasta el vestuario. Me ducho, me cambio y salgo por donde entré la primera vez pero sin usar la pelotilla. Llego hasta el mostrador y entrego a la recepcionista la pelotilla y la tarjeta magnética. De camino al coche, y mientras rememoraba las zapatillas grises del tipo de la bicicleta, un gran enigma me asalta ¿Pero para qué hostias servía la tarjeta magnética?

viernes, 2 de noviembre de 2012

El apasionante mundo animal.

El otro día me llevé a Jone al parque de la Batie, en Ginebra. Este parque, como muchos otros de la ciudad, está surtido de esos columpios que me habría encantado tener siendo niña (y no tan niña). Sus formas lúdicas y aparentemente inofensivas esconden un sistema perfectamente calculado de entrenamiento marcial helvético. Sólo deseo que Jone tenga la edad adecuada para poder utilizarlos. En realidad esa es la típica excusa que todos los padres kamikazes utilizan para entrenarse en ellos y yo no seré menos. 

Además de esta zona de juegos-marciales, la Batie tiene una buena extensión de bosque, una piscina infantil  y, lo más importante, un pequeño zoo.

En el zoo de la Batie (gratuito, por cierto) no puedes ver mandriles ni leones pero sí una variopinta selección de animales de granja y anatidaes (o patos en cristiano raso). Todos estupendos.

Aquí tenemos a Jone más contenta que unas pascuas. 


Al fondo y de blanco, dos ejemplares de gallina sedosa japonesa. Misterioso lo de japonesa cuando según parece provienen de China. Estos paises pugnan por cosas bien raras...En fin, que aquí pongo otra foto pofesioná para que no perdáis detalle. Y con la peluquería recién hecha, oye.



Jone estuvo muy entretenida persiguiendo un grupo de pintadas que, según parece, habían escapado de su jaula. Bastaron pocos minutos de acoso infantil para que las gallinaceas decidieran prescindir de su libertad y retornasen a la seguridad de su cautiverio.

Héte aquí a la líder del grupo fugado intercambiando unos cacareos con Jone. Me cago en tu estampa, parecía decir.


Y aquí un ejemplar de pintada pofesioná para apreciar los detalles.

Aquí Jone con una cabra. Pero no una cabra cualquiera ¿eh?
Se trata de un ejemplar de cabra enana africana. Que para el que no lo sepa (como yo hace un rato) se está haciendo muy popular como animal de compañía en USA.
Las cabras tienen la pupila rectangular y con ello se calcula que tienen una visión periférica de hasta 270º. Sin embargo las cabras no pueden ver el rojo así que es un misterio para mí saber de qué color estaba viendo nuestra cabra enana de la foto a Jone.

El mundo de los animales es fascinante, sin duda. Algo tan aparentemente cercano como una gallina de corral esconde un montón de datos insospechados...

Pensaba yo en las gallinas y en los ojos de las cabras mientras nos acercábamos al recinto de los ciervos. Una hembra estirada al sol y con masticar repetitivo parecía muy poco interesada en nosotras. Jone, empujando nuestro carrito, parecía muy poco interesada a su vez en ella. Y en ese momento yo tuve una revelación casi mística. Por primera vez me dí cuenta de que si eres un valiente todo el mundo dirá de ti que eres un gallo. Y, contrariamente, si eres un cobarde, todo el mundo dirá de ti que eres una gallina. Y ésto es, por lo que parece, un tópico bastante universal. Una misma especie animal sirve para hablar del valor o de la ausencia del mismo. Me di cuenta también de que no es lo mismo ser una vaca que un toro y que ser un zorro es mucho mejor que ser una zorra. También es más amigable ser un perro que una perra  por lo que la cosa empezaba a divagar en el uso de lenguaje y el andropower de los cojones (valga aquí la redundancia).

Y os parecerá una soberana jilipollez pero, con el sol en la cara y evitando que Jone metiera el carro en el recinto del jabalí me pareció de lo más revelador.
Nos disponíamos a abandonar el zoo cuando una última visión del jabalí roncando sobre un lecho de fango y excrementos me iluminó de nuevo. Siempre será lo mismo ser un cerdo que una cerda...


miércoles, 31 de octubre de 2012

Tarta Tatin.

 
Familiares y amigos, héte aquí mi primer intento de tarta tatin

La foto es deplorable pero me quedó, milagrosamente y como bien diría mi santo padre, co-jo-nu-da.

Palabrita del niño Jesús.

El pasado viernes prometí solemnemente a Dave el canadiense que nuestra primera mascota (si es que algún día la tenemos) se llamará Chuck Norris. Sea perro, gato, pez naranja o tortuga, así deberá llamarse el animalito y asía deberá constar en su cartilla veterinaria: Chuck Norris. Chuky entre amigos y conocidos.





domingo, 21 de octubre de 2012

Buscando castañas.

Ayer Marc se levantó antojado de castañas y por eso nos fuimos hasta un pequeño bosque de castaños en el pueblo de Challex, muy cerca de casa. El bosque estaba ya muy trillado así que lo que se dice coger castañas, la verdad, no recolectamos muchas pero pasamos un rato muy ameno. El bosque estaba también lleno de setas pero como somos unos ignorantes preferimos dejar para los entendidos la recolección de dichos frutos del monte. Que no estamos para arriesgar la vida así, a la brava. Las castañas (para el que no lo sepa) caen del árbol protegidas por un envoltorio carnoso y recubierto de espinas. Vamos, que para sacar tu castaña tienes que destruir el envoltorio y, entre nosotros, pincha como la madre que lo parió. Como decía, la recolecta no fue muy grande y como Marc seguía antojado de castañas, acabamos solucionando el problema en el supermercado de la Migros. Es lo que tiene la recolecta de castañas en el supermercado. Pierde todo el romanticismo pero se hace sin necesidad de doblar el espinazo y sin dejarte los dedos hechos unos zorros.






Mmmmmm....¡¡Macarrones!!

viernes, 5 de octubre de 2012

Tiene pelotas.

Tiene pelotas que a mis 34 castañas me hayan lanzado uno de los mejores piropos de mi mundana existencia. También tiene pelotas que me lo haya lanzado una chica de 24 años, nicaragüense, y, para más señas, compañera del flamante curso de francés que he empezado. Pues bien, la muchacha, así a bote pronto, me dijo ayer que yo le recordaba a una tal "Xina". Yo me quedo a cuadros básicamente porque no tenía ni pajolera idea de lo que me estaba diciendo. Claro, encima me lo dijo en francés. Bueno, me vuelve a decir lo que me parezco a esta individua cuando caigo en la cuenta de lo mal que los españoles hablamos inglés y del daño que nuestro acento hace a la ficción televisiva. "Espiderman" es un buen ejemplo de ello y también lo es, redoble de tambores, la princesa "Xena". ¡Esa es la "Xina" a la que, supuestamente, le recordaba yo a la nicaragüense! Y héte aquí una fotanga para que, ustedes, valoren el parecido con la que escribe esta entrada.





Por favor, no es necesario que se rían de esa manera...¡Ya me gustaría a mí estar como está esta mujer!(Y a Marc ni te cuento...)

En fin, retomando el título de la entrada, tiene pelotas también otro detalle. Le espliqué a Marc la anécdota e iniciamos una "investigación" del personaje de ficción en cuestión. Bueno, pues resulta que Xena (que no Xina) tiene a sus fans locos perdidos porque puede ser lesbiana. Un icono del bollo en toda regla. Lo que me conduce a pensar en la nicaragüense...

Conclusión: Oh-la-laaaaa!!!

Seguiremos informando.

lunes, 1 de octubre de 2012

Oh, la, laaaaaaaaaa!!

Sábado 29 de Septiembre de 2012

Marc descubre que nuestro Skodi no arranca. Por suerte, el percance sucede en el parquing de casa y no nos encontramos tirados en ninguna carretera secundaria (o terciaria) de las Francias. Contacto con mi seguro (made in Spain). Una chica muy maja me gestiona el rescate y en poco más de media hora llega nuestro salvador. El tipo, de unos treinta, llega conduciendo una renault express. Baja del coche y se inicia el modo francés en la vida real o a ver qué tal te apañas, mona.

Nos saludamos. Bonjour! Bonjour! Abro el motor del Skodi y el tipo me pregunta: ¿Cuánto tiempo tiene el coche? Yo le digo que 12 años. El tipo se desencaja y con ojos saliendo de las órbitas exclama "¡ Que 12 añooooos!" El hombre se recompone y me reformula la pregunta. No quería saber la edad de Skodi. Quería saber cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lo arranqué. De ahí su archiasombro.

 
"Ma voiture ne marche pas... Est ce que vous savez pourquoi, monsieur?"

martes, 25 de septiembre de 2012

¡Y ya van 15 meses, señores!

Oh-la-laaaaa!!

El jueves pasado hice la primera sesión del flamante curso de francés que he empezado en Ferney-Volatire. La profesora muy maja y el grupo de lo más variado. Tengo grandes problemas para comunicarme pero si aguanto el tiro creo que puedo aprender mucho. Mi sueño de comprar el pan con un acento razonable está por cumplirse. Ohhhhhhhyeaaaaaaaahhhhh!!!



"Elle est folle, cette fille !"

Primera subida a Narderans.

El refugio de Narderans está aquí mismo pero, por un motivo u otro, aún no nos habíamos acercado. Supongo que con Jone a cuestas aún nos daba un nosequé pero el otro domingo me levanté de la cama y le propuse a Marc hacer cumbre en Narderans y hasta allí nos fuimos. La verdad que no recordaba que el último tramo del camino tuviera tanta piedra suelta ni que me cansara tanto. Valió la pena refrescar la memoria. Y también valió la pena comerse el pollo asado que nos comimos arriba. Pollo que compró Marc en el mercadillo antes de subir, claro. Marc era el encargado de preparar el picnic y tuvo la gran idea de llevar un pollo. Y eso fue lo que sólo llevó. El pollo. ¡Ah! Y dos coca-colas frías. Por lo demás ni un plato, ni un cuchillo y (como diría mi padre) ni hostias, vamos. En broma yo le dije que, para ser el encargado del picnic, era de lo más meritorio no haber caido en la cuenta de traer un sólo cuchillo. A lo que, sonriente, él me contestó:  "Osea, que habrías preferido tener cuchillos, tenedores, vasos y mantel a cambio de que me hubiera dejado el pollo y las coca-colas en la cocina, ¿ein?" Tiene que ser amor verdadero lo que yo siento por este tío...Eso, y que el pollo y las coca-colas estaban de muerte. Sin duda.


viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Saliendo de Atapuerca?

En una caverna muy grande y muy fría, ataviada con pieles bastamente trabajadas y pasando penurias indescriptibles estaba yo pintando escenas de caza con sangre y ungüentos sagrados. Todo eran promesas y súplicas para que los Dioses fueran piadosos en un futuro. La luz era escasa y la sombra había hecho de la caverna su vasto reino. Encontrándome yo de esta guisa, algo misterioso sucedió. Un haz de luz atravesó la negrura de la sombra invitándome a salir de la caverna. Así lo hice con paso trémulo y ojos ardientes ante ese nuevo resplandor. La luz era cegadora y cuando pude ver, me vi a mí misma sentada frente una mujer de pelo dorado y gafas de pasta. No era un ángel. No era Diós. Era una maestra del centro de idiomas para adultos de Ferney Voltaire. Me dijo que mi nuevo nivel de francés es el B1. Nivel intermedio. La mujer de cabellos dorados y gafas de pasta me ha pedido que me quite las pieles de la caverna. Yo por si acaso he salido en pelotas de allí pero con las pieles dobladas metidas en una bolsa. Y lo he hecho rápido. No quería dar tiempo a que la bondadosa mujer se lo repensara y me condenara de nuevo a la caverna.  
    

"¿Que no te gusta mi modelito? ¡¡Pues ya puedes ir estudiando, mona!!"

Conociendo a seres humanos.

Pues parece mentira pero estoy conociendo seres humanos estos días. ¡Sí, sí! He dicho seres humanos. De los que tienen dos piernas y dos brazos.
El otro día, en un pequeño parque del pueblo, conocí a Myléna y a su hijo Romeo, de trece meses. Nos hemos intercambiado los mails y espero que volvamos a vernos pronto. Y ayer mismo conocí a la vecina de uno de los pisos con jardín contiguos al nuestro. Bueno, para ser exactos, antes que a la vecina conocí a su perro: un pequeño terrier que, según me dijo después, estaba a dieta. El perro se nos coló en casa aprovechando que dejé la puerta abierta y la mujer, viniendo al rescate, se encontró conmigo y con Jone.
La mujer era muy maja y Jone se lo pasaba teta con el perro así que,  piscinazo al canto, con mi francés de Atapuerca me aventuré a ofrecer un té a la buena mujer. Té que gentilmente aceptó y que nos tuvo una buena hora de conversación. La mujer me contó que su hijo estaba en Australia y que ya llevaba 9 meses allí para aprender inglés. Me dijo también que, después de su aventura australiana, el chaval se iría de ruta asiática una par de meses. Muy interesante, la verdad. También puede ser, claro está, que la mujer me dijera que su ex-marido es australiano y que hace unos nueve meses que la abandonó por una maldita asiática. Confío que sea el primer caso y que mi francés no sea tan cacarruta. La buena mujer, según creí entender, se llama Fabienne aunque otra cosa será descubrir como se escribe...
¡Pues bien! Es la hermana de Fabienne la que se ha mudado a nuestro pueblo. Su hermana, que conocí después, y que se llama Nathalie (escrito aquí como a mí me sale de las narices) y que ésta tiene una hija guapísima (pero que guapísima) que conocí antes de conocerla a ella misma viendo que su tía estaba conmigo tomando un té y que no había armas de por medio. ¡Total! Nathalie  es, atención, maestra en una escuela internacional de Ginebra. Hablamos un poco en inglés y me dijo que podría encontrar trabajo en Ginebra como maestra. Yo le dije que mi francés es une catastrophe y que mi inglés es pero que muy mejorable pero ella me dijo que nanai del peluquín, nothing of the little wig, y que a tope. Yo estoy más contenta que la leche aunque también puede ser que me dijera que su padre es inglés y le ha dado por ponerse pelucas, a su edad, y viviendo en las Francias...




"Chéri, tu sais que j'adore les perruques...Ohhhhh laaaaa laaaaaaaaa!!!"


viernes, 7 de septiembre de 2012

Subida a la Vuache.


La Vuache es una montaña del sureste de Francia situada dentro del departamento de la Haute-Savoie (Alta Saboya en hispánico), cerca de la frontera suiza.



Con Jone a cuestas, decidimos hacer cumbre en la Vuache hace unos días para comprobar que, coronando sus 1105 metrillos, hay un montón de piedras dispuestas cual casual pirámide a punto de desmoronarse. El montón de piedras está en lo alto y resguardado por el tupido bosque por lo que las vistas desde allí no son muy buenas que digamos. Pese al final un tanto descafeinado, la ruta es agradable y las vistas que proporciona durante el trayecto merecen la pena.


De regreso, paramos a comer en este prado. No estuvimos mucho rato pero sí el suficiente para tener una de esas pequeñas alegrías, que yo llamo. Una mariposilla azul estuvo terca con posarse en mi mano y hasta pude hacerle unas fotos. Y pese a la cacarruta de cámara que tengo y lo poco que sé de fotografía, confieso sentirme muy satisfecha con el resultado.

 

Se trata de un Ícaro o Dos puntos. Según he podido averiguar, era una hembra joven. Bonita, ¿verdad?

La bajada nos condujo de regreso a Chaumont, el pequeño pueblo desde donde empezamos la marcha. A  menos de un kilómetro del pueblo se produjo uno de esos momentos surrealistas, que yo llamo. Enfudado en su traje y subido a una bici del copón, nos encontramos con Joni Hahkala quien, según nos contó, llevaba más de cinco horas de ruta y aún tenía que ir a Ginebra a encontrarse con un colega. ¿No existen a veces casualidades de lo más sorprendentes? Cualquier pequeño cambio en la sucesión de todos los acontecimientos que se dieron ese día podría haber evitado el encuentro. Un rato más de fotografía con la Ícaro, un rato más de Jone jugueteando con las cacarrutas secas de vacas en el prado, un rato menos en la montaña de piedras de la cima, una meadita a medio camino...¡Pero no! Nosotros no pudimos hacer nada y Joni tampoco. Teníamos que vernos y punto. Allí, en aquel lugar remoto y en esas circunstancias. Nos despedimos del finés y llegamos hasta el Auberge de Chaumont charlando sobre lo diferente que parecía el día de Joni y el nuestro. Pensar en cinco horas en bici (como poco) nos resultaba simplemente imposible. Algo que posiblemente no podamos hacer en muchos años. El Auberge de Chaumont era muy bonito y la coca-cola nos sentó de fábula. Además parece tener un menú del día muy apañado. Salimos de allí proponiéndonos regresar y probar el menú. Otro día os lo cuento. Quizá llamemos a Joni. A ver si nos encuentra un hueco.