martes, 25 de septiembre de 2012

Primera subida a Narderans.

El refugio de Narderans está aquí mismo pero, por un motivo u otro, aún no nos habíamos acercado. Supongo que con Jone a cuestas aún nos daba un nosequé pero el otro domingo me levanté de la cama y le propuse a Marc hacer cumbre en Narderans y hasta allí nos fuimos. La verdad que no recordaba que el último tramo del camino tuviera tanta piedra suelta ni que me cansara tanto. Valió la pena refrescar la memoria. Y también valió la pena comerse el pollo asado que nos comimos arriba. Pollo que compró Marc en el mercadillo antes de subir, claro. Marc era el encargado de preparar el picnic y tuvo la gran idea de llevar un pollo. Y eso fue lo que sólo llevó. El pollo. ¡Ah! Y dos coca-colas frías. Por lo demás ni un plato, ni un cuchillo y (como diría mi padre) ni hostias, vamos. En broma yo le dije que, para ser el encargado del picnic, era de lo más meritorio no haber caido en la cuenta de traer un sólo cuchillo. A lo que, sonriente, él me contestó:  "Osea, que habrías preferido tener cuchillos, tenedores, vasos y mantel a cambio de que me hubiera dejado el pollo y las coca-colas en la cocina, ¿ein?" Tiene que ser amor verdadero lo que yo siento por este tío...Eso, y que el pollo y las coca-colas estaban de muerte. Sin duda.


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