Esta modalidad de visionado se puso en práctica la semana pasada cuando, estando de nieve hasta arriba, Jero y
Meri nos invitaron a comer paella en su casa. Y claro está, no pudimos
resistirnos a tan generosa invitación y en Chevry nos plantamos para
pasar el día.
La paella estaba de muerte y el día de nevada intensiva dió para mucho. Jone además nos regaló una siesta de esas que valen un imperio. Una de
esas siestas que te dejan disfrutar durante un buen rato de la buena
compañía sin estar mirando a ver qué trastada hace tu cachorra por ahí. ¡Es-tu-pen-do!
No hay comentarios:
Publicar un comentario