Después de visitar el universo Skoda y Mazda de la mano de Máximo Pradera, nuestro viaje a lo desconocido prosigue. La siguiente de nuestras paradas es la galaxia BMW. Nuestro nuevo guía intergaláctico nos espera.
Efectivamente, nos encontramos en el universo BMW. Como ya dijera en el Vol.1, aquí no hay rincón infantil y sí, en cambio, un rincón de lo más achilipú donde sirven cafés Nespresso. Imagino que los cafeles serán gratuitos pero este es un detalle que desconozco. Yo me lo imagino porque, con la pasta que cuestan los BMW, bien podrían invitarte a un café y, de paso, hasta regalarte un par de cafeteras. Digo yo...
Cuando entramos al concesionario lo hacemos con Jone despierta y con la elegancia que nos caracteriza. Preguntamos si podemos ver las voitures y ahí que aparece nuestro vendedor. No tiene nada que ver con Máximo Pradera. Es un tipo clavado a Kojak.
El tipo está bien entrado en la cincuentena pero, la verdad, está en buena forma. Por no tener, no tiene ni barriga y parece de esos hombres que se cuidan. De esos que sí usan cremas y que también se hacen la manicura.
La camisa que lleva es blanca pero sin bolsillo. Debido a este detalle no sé si fuma y si, en tal caso, también le pega al Marlboro pero os puedo decir que la camisa que lleva está planchada y reluciente. La camisa que lleva es de las güenas. Efectivamente, aunque yo soy una cutre a la que estos detalles se la soplan (y a mucha honra) no soy ciega. Que sepáis que sé reconocer la elegancia cuando la veo.
Prosigo.
Tras apretón de manos reglamentario, Kojak nos somete al mismo (y extraño) interrogatorio. Que qué coche queremos, que cuánta potencia deseamos, que cuánto viajamos al año, que cuánto nos gusta conducir. Nosotros le decimos que queremos un coche familiar. Nuestra respuesta comodín.
El tipo nos pide que le sigamos y ahí que vamos. Nos conduce a un coche que es muy bonito pero que no tiene ni cinco puertas. Se trata de un modelo deportivo y yo me pregunto si nuestra respuesta comodín no es, en realidad, poco precisa.
El coche se trata de un nosécuantos de la Gama 1. Nosotros de coches no sabemos un pimiento y así se lo transmitimos a Kojak quien, encantado, nos explica las maravillas de la Gama 1. Tras un buen rollete, y en castellano, la Gama 1 viene a ser la gama más económica (¡que no barata!) de BMW. Bueno, bueno, bueno. En buena hora se me ocurrió transmitirle tal cual lo que había yo entendido de su explicación. El hombre nos puntualiza que, si bien la Gama 1 tiene un precio más accesible, la calidad sigue siendo BMW. Y tal puntualización nos la hace con el dedo índice levantado. Me dieron ganas de decirle: "Que sí Kojak, pero siguen saliendo más baratos ¿verdad?". Pero me reprimí y ahí que fuimos a ver otro modelo.
Nos vamos hasta un coche, esta vez sí, familiar. Nos saltamos la Gama 2 y subimos directamente a la Gama 3. Nos es que nos quieran timar (de momento). La Gama 2, por lo visto, no existe pero ese fue un misterio que no quise esclarecer con Kojak.
El coche es el modelo Touring. A mí me suena a Tuning pero este coche ni tiene llantas macarras ni alerones horteras para poner cubatas a medianoche. ¡Qué va! Se trata de un coche con un maletero para ocultar 12 cadáveres sin necesidad de corte. Con un interior cuidado en todos los detalles.
Kojak sigue hablando del maletero mientras, de soslayo, echo una mirada a un cartelito y descubro el precio del vehículo. El Tuning, como era de esperar, vale una pasta inhumana.
Dejamos el Tuning y vamos más allá en la galaxia BMW. Pasamos de la Gama 4 y nos vamos a la 5. Que por ahí te la...Bueno, supuestamente tenemos que llamar coche a eso que vimos y no barca con ruedas. El coche, por cierto, es también familiar y el maletero bien podría albergar la Cosa Nostra ejecutada al completo. Viene a costar 100000 CHF. Kojak nos pregunta por nuestra opinión y le decimos que este coche nos viene grande a todos los niveles. Se lo decimos educadamente aunque lo que me habría gustado decirle es que ni harta vino pagaría esa pasta por un coche. "¿Vale, Kojak?"
Kojak sigue haciendo su trabajo y dejamos a un lado la barca con ruedas para pasar, directamente, al modelo Tanque. Por lo visto se trata de un modelo nosécuantos de la Gama X. De verdad que no entiendo la lógica de las gamas de esta gente. En fin.
El Tanque-X es uno de esos coches enormes que, para rematar el asunto, son 4x4. De esos que, desgraciadamente, no circulan exclusivamente por el desierto australiano sino por tu ciudad. De esos que siempre ocupan dos plazas de parquing a falta se espacio donde meterlos y que en consecuencia siempre te joden tu posible aparcamiento en el centro de tu ciudad en hora punta. De esos coches estoy hablando, sí.
Kojak, cómo no, nos muestra el maletero del Tanque aunque nosotros ya ni le prestamos casi atención. Amablemente le decimos que no estamos interesados en algo así. Obviamente no queremos tener que recurrir a prostituirnos para pagar su precio pero, claro está, ahorramos esta explicación al buen hombre.
Nuestro hombre se interesa nuevamente por nuestra opinión y, en esta ocasión, no puedo reprimirme y le digo, educadamente, que estos vehículos no me gustan. Kojak parece perder, casi imperceptiblemente, su sonrisa de vendedor y, matado por la curiosidad, me pregunta el porqué. ¿Tendría Kojak uno igualito? En mi tono más educado le digo que "personalmente considero que son demasiado
grandes y que, quizá más por culpa de sus conductores que no del
vehículo en sí, son un tanto invasivos". Habría sido muy grande decirle que estos coches tanques me parecen una mierda y que más les valdría a sus dueños gastar la pasta que cuestan en una buena prótesis de pene si es que eso es, en realidad, lo que necesitan. Pero claro, el control-z no se ha inventado para la vida real y me conformo con la primera respuesta. Descafeinada, supuestamente elegante pero absolutamente falsa.
Viendo que el Tuning se acerca más a lo que buscamos (ejem) ahí que abandonamos la exposición de estrellas de la galaxia BMW y seguimos a Kojak hasta su mesa. Una vez allí, informamos al buen hombre que Mi Hombre trabaja en el CERN y que había llegado a nuestros oidos que BMW tiene condiciones especiales para los cernícolas. Bueno, de hecho, por eso mismo nos dejamos caer por allí...
Kojak, tras permanecer en silencio unos segundos, se levanta de su silla y desaparece. Al cabo de un minuto aparece con otro tipo. Se trata del especialista en operaciones con personal diplomático. Un tipo más joven que, tras apretón de manos reglamentario, nos invita a seguirle hasta su despacho.
Continuará...