No. La culpa no la tiene el cha, cha, cha sinó el desalmado que dejó en nuestra casa un bote enterito de mermelada de frutas del bosque. De esa tan dulce y ácida. De esa tan güena...
Esta alma despiadada dejó esta arma de destrucción masiva el día que hicimos la comida/merienda a base de crêpes y de eso ya hace casi un mes. El bote ha estado en la nevera todo este tiempo y yo me lo he estado mirando como se mira al chico que te gusta cuando eres adolescente.¡De reojo y sin que se note!
Finalmente, después de grandes debates internos, ayer día no sé cuántos de nuestro Señor, lo abrí. Hoy ya voy por la mitad y me estoy poniendo como el Quiquete. Y lo peor es que con la mermelada, claro, me estoy cepillando la mantequilla que tengo en casa sólo para hacer postres. Vamos que la mantequilla también está por la mitad y sólo espero que ambos botes se acaben para rehabilitarme lo antes posible.
Tengo que investigar y saber qué terrorista urdió este plan maquiavélico de depravación gastronómica. En cuanto sepa quien ha sido, se va a cagarrrrrrrr...
nena no comaaasssss,eso es veneno,hay teorias malsanas que dicen que todo lo que esta bueno engordaaaaaaa.Besos para mis nenas
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