Mi querida Lauris y Guille han venido a pasar el fin de semana con nosotros y por eso, con la emoción de su llegada, ayer se me despistó el asunto de las fotangas...¡Pero cuando una es un desastre pues pasa lo que pasa!
Hoy nos hemos ido a hacer raquetas en la nieve y hemos tenido mucha suerte con el tiempo. La previsión no se esperaba nada buena pero al final hemos tenido bastante solete y el paseo ha estado muy bien. Bueno, el paseo ha estado muy bien pero Jone, a unos tres cuartos de hora del final, ha manifestado solemnemente que lo de ver el paisaje tan blanco ya era un poco pesado y que cortásemos el rollo. El rollo, claro, no lo hemos podido cortar hasta acabar el susodicho recorrido y aunque la sangre no ha llegado al río aquí la que escribe ha dado teta, por vez primera, en la nieve cual neanderthal en marcha con la tribu. Una experiencia que Marc ha tenido la gentileza de immortalizar con un video de esos que quedarán para la posteridad. Quizá un día, quien sabe, miraré a nuestra Jone pre-adolescente deseando volver a esos momentos en los que me ví con la teta al viento y rodeada de nieve.
Hemos llegado al refugio y allí nos hemos comido unos macarrones y una carne asada que, sin ser una maravilla, a mí me han sabido a manjar. Después a casita y aquí seguimos en ese estado semiletárgico y placenteramente somnoliento que deja la montaña.
Y mañana más.
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