martes, 28 de julio de 2009

Haciendo las Américas. Episodio 2.

Para entrar al Capitolio es necesario recoger el tiquet de entrada en la zona de visitantes.
Como todos los museos de la ciudad el Capitolio es gratis y puedes entrar por la face si es que no eres terrorista o camello de plutonio empobrecido.
Antes de recoger tu tiquet tienes que hacer una cola que en mi caso no fue muy larga porque, milagros del jetlag, estaba de paseo desde bien tempranito :) Impensable en estado normal.
Antes de entrar te viene un segurata made in america que, con bromitas de por medio, te informa de cómo debes comportarte dentro del edificio. Nada de bombas ni cuchillos.
Cuando te encuentras ante la puerta puedes ver un cartel informativo de esta guisa.
Hasta aquí todo normal porque dónde se ha visto llevar en el bolso semejantes armas. A quien las lleve hay que decirle que muy mal, eso no se hace ¡caca! Y que las deje en casa si piensa salir a dar un paseo inofensivo por ahí.
Al que las lleve para hacer pupita y esté como un niño melón haciendo cola para entrar hay que decirle otras cosas. En primer lugar que eso es ¡caca! y en segundo que vaya mierda de terrorista está hecho con esas técnicas de Mortadelo y Filemón.

Entras al edificio. No, aún no. Pasas un arco de seguridad donde revisan que no lleves aerosol de pimienta ni uranio empobrecido y por fin entras al edificio. Entras a un hall enorme lleno de esculturas de gente importante pero que en tu ignorancia profunda no reconoces...
Allí haces una nueva cola porque tú (yo aquel día) eres de los desgraciados que no hizo reserva de entrada y necesitas hacer la cola para el tiquet de acceso. El definitivo.
Cuando lo obtienes, sí amigos, haces una nueva cola pero esta vez tienes una pegatina muy mona en tu pecho con un código de barras y una franja horaria de visita. No quise comprobar qué pasaba si te pasabas de la hora. No tuve coj...
La nueva cola te conduce a una sala de cine. En serio. Te meten en una sala de cine muy chachipilongui donde te ponen una peliculilla sobre la grandeza de EEUU, su Capitolio y sus leyes. Su PODER.
Cuando acaba la peli un hombre de chaquetilla roja te invita a salir de la sala por una puerta superior. Cuando sales descubres otra sala donde distribuyen a la gente como al ganado. Todo el mundo queda situado en filas que corresponde a los diferentes grupos guiados. Allí descubres el ejército de las chaquetillas rojas. Los guías del Capitolio.
Tú, sin saber cómo ni cuándo, llegas al "Group 2" (soy española, no me entero de un carajo) y se te presenta tu guia de la chaquetilla roja. Era una chica, creo.
Nuestra guía nos dice que mejor no hagamos fotos mientras caminamos y que estemos muy atentos a sus pasos. Claro, claro, claro...
Llegamos a la Cripta. Muy bonita. No he visto un suelo de piedra tan encerado y lustroso en mi vida :)Después sigues un pasillo y unas escaleras y llegas a la sala de la Rotonda. Tiene una cúpula bastante espectacular y allí estuve haciendo bastantes fotos hasta que me di cuenta de que mi guía de la chaquetilla roja y mi grupo no estaban. Que decir tiene que allí había 30 grupos más y todos con sus guías y sus chaquetillas...Aquí me puse un poco nerviosa porque no sabía ni cuánto quedaba de visita ni qué pasaría si mi etiqueta horaria (la del pecho) me delataba saltándome las normas. Me metí por una puerta que resultó ser incorrecta. Me puse un xic más nerviosa.
Al final salí de la sala siguiendo una alfombra roja flanqueada por más guías de la chaquetilla roja. Son un ejército. Mientras me iba me preguntaba por qué demonios no me habían puesto al payaso Micolor como guía. Así no me perdería y podría entretenerme con mis cosillas.

De manera milagrosa ( o así me pareció) reconozco a mi guía entre la multitud y llego hasta el hall de las Columnas donde hay una copia de la declaración de Independencia. Me siento muy aliviada y divertida. ¿qué habría pasado si me pierdo? Yo ya pensaba en el plan que nunca falla que no es otro que hacerse el jilipollas integral. Mejor sale cuando realmente lo eres :) Creedme.

Una vez has visto esta sala ya has acabado tu visita. Fin de la historia. ¿Fin de la historia? ¡No!
Aún puedes visitar la cámara del Senado. Para ello debes conseguir tu tiquet para visitar el Senado. Esto es algo parecido a una de las 12 Pruebas de Astèrix...
El plan "eres jilipollas" funciona y una buena mujer de chaquetilla roja me consigue un tiquet sin ni presentar el passport (que no llevaba encima). Te ponen otra pegatina roja junto a la inicial y ya estás listo para la romería.
Para ver la cámara del Senado tienes que dejar tu mochila, teléfono y cámara fuera. Entras en pelotas si es necesario. Pasas varios arcos de seguridad y finalmente llegas a la famosa sala para descubrir que, aquel día, no se debate una mierda en el Senado. Te sientas, miras el lugar, reflexionas ingenuamente sobre la magnitud de lo que pasa en ese edificio y te vas.
Y me fui.
Después cogí el pasillo subterraneo que une el Capitolio con la Biblioteca del Congreso. Está muy bien. Parece como un pasillo de metro o algo así. Con fotos de Elvis y tal. En serio.


Al final llegas a la Biblioteca del Congreso y, de verdad, te quedas impactado por lo bonito que es su hall central. En serio.

En fin. Todas estas cosas y un millón más pasaron allí dentro. Lo que pasó fuera es otra historia.

Chafardear las fotos

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