viernes, 4 de diciembre de 2009

Contando las horas...

En 16 horas Marc aterriza en Auckland.


Esta vez, y de verdad, me despido de todos vosotros hasta nueva conexión porque estaré demasiado ocupada para daros las brasa con mi mundana vida. Os mando un besazo de los gordos. No os preocupéis por mi. Estaré mejor que bien: disfrutando de este país y del bueno de Marc. Os quiero.

Cosas a tener en cuenta en este país.

En este país, familiares y amigos, hay que tener mucho ojo con el depósito de gasolina del coche.
Resulta que las gasolinares en las zonas rurales (osea el 80% del territorio) cierran a las seis de la tarde y además, si te quedas sin gasolina, no encuentras una estación de servicio hasta caminar cual peregrino a Santiago. Conclusión: mejor llenar el depósito cada vez que puedas.
¿Y cómo he apredindo yo ésto?
Pues ésto lo aprendí porque casi nos quedamos tiradas regresando de la caminata por el camino de cabras que, tras 50 km, te devuelve a la civilización.
Bueno, a la civilización bien, bien no te devuelve...
El camino te lleva a Manupara , el último pueblo antes de llegar al parque nacional.
Manupara es un pueblucho medio fantasma donde lo único que puedes hacer es comer un fish and chips como Dios manda y, con suerte, echar gasolina.
Lo del fish and chips lo hicimos de ida, antes de la caminata, y era de los de verdad porque costaba cuatro duros, era de ración XXL y te lo servían en papel de periódico cual paquete sorpresa. Así quedaba el tema cerrado:

Así abierto:

¡Vaya percal de fritanga!

Pero como decía, y sobre el tema de la gasolina, hicimos todo el camino de vuelta al pueblo del fish and chips en reserva y cuando milagrosamente llegamos las dos gasolineras estaban cerradas por lo que no pudimos repostar. Conclusión: tuvimos que hacer noche en Marupara.
La suerte estuvo de nuestro lado porque al final encontramos una especie de cámping con cabinas para dos personas y nos salió hasta tirado de precio. ¡Y hasta teníamos tele!
Para rematar nos acercamos de nuevo al fish and chips de la muerte y redondeamos el tema de la fortuna. Llegamos cuando las maoríes estaban cerrando y limpiando el local pero una de ellas se apiadó de nosotras y nos hizo uno de los paquetazos sorpresa: repleto de fritanga y por cuatro duros.
En la cabina recuperamos las fuerzas y todo el colesterol reducido durante nuestros días de penuria gastronómica en la caminata. ¡Menos mal!

Primeros días de parranda por New Zealand.

Como ya dijera hace unos días, esta semanita me la he pasado disfrutando de mi primera caminata por este país en compañía de Laura, la chica madrileña que he conocido por estas tierras y que después de estos días ya carga con el sobrenombre de Laura Palmer.
Lo del sobrenombre a vosotros como que os puede dar igual pero éste sobrevino por el frío que pasamos en algún momento y por el miedo que tuvo la muchacha a amanecer en el saco de dormir como lo hiciera la protagonista de la serie Twin Peaks.
¡Pero vayamos por partes!
La verdad que, antes que nada y por si el inicio os pudiera confundir, nos lo hemos pasado genial y nos hemos reído mucho. Pasar hemos pasado frío pero diversión no nos ha faltado.

El primer día fuimos a recoger mi coche de alquiler y ahí empezamos un poco mal porque el coche que me querían cascar no era el que yo había solicitado y porque al final el ofertón tenía letra pequeña y no fue tan ofertón como yo esperaba. Lo peor sin embargo llegó cuando el coche que me querían dar no tenía bandeja para ocultar el maletero y el chino que me atendió me trajo una toalla roñosa a modo de solución. Ahí estuve al punto del homicidio pero, resumiendo mucho el episodio, finalmente salimos de allí motorizadas y con un vehículo mejor que el que contraté. La bandeja del maletero estaba en su sitio y la toalla roñosa volvió al suyo, un rincón olvidado del garaje.

Nos pusimos finalmente en marcha después de comprar provisiones y nos dirijimos al parque natural de Te Papa Atawhai, donde se encuentra la ruta que bordea el lago Waikaremoana.

La primera noche la pasamos en un cámping del que lamentablemente no tengo foto. Soy así de desastre...
Lo más importante del tema fue que allí comprobamos hasta qué punto mi súpertienda de campaña es una castaña. La noche no fue especialmente fría pero, cosas de la vida, la tienda se calaba totalmente por dentro para permanecer totalmente seca por fuera. Aún no sé el porqué de este misterio.
A todo ésto, y sin ser de Bilbao, tampoco llevábamos esterillas pero no puedo afirmar que este descuido fuera el responsable de nuestro frío. Total que me he gastado 25€ en una tienda que se cala por dentro y se queda seca por fuera...¡Este país necesita un Decathlon!
Otro gran acontecimiento de esa noche fue descubrir hasta qué punto los animalejos de este país emiten sonidos extraños. No os podéis imaginar la cantidad de ppiiiiipppp, criñiiiiiii, prrriuuuuuu, crrrooooouuuuchhhh que se pueden llegar a oir en un minuto. Y a éstos añádeles los zumbidos del millón de moscas, abejorros y mosquitos que hacia las cinco de la mañana deciden iniciar su jornada de trabajo. Aquello parecía una discoteca pero de otro planeta...Nos echamos unas risas buenas con el tema y ahí se inició el concepto Laura Palmer por lo tiesecica que se estaba quedando la muchacha.
Por suerte Laura no amaneció como la Palmer y pudimos empezar a caminar.
Tuvimos que contratar transporte hasta el inicio de la ruta y taxi acuático (osea, lo que se llama lancha motora en mi pueblo) para retornar al punto de origen una vez termináramos la caminata.
El tipo que nos acercó a la ruta en furgoneta se parecía al Gran Lebowski y me pareció bastante majete hasta que se puso a conducir y me demostró que era una auténtico psicópata. No veas tú como llevaba El nota la frago...¡A toda hostia!(y hostia está aquí enfatizado como persona ibérica que soy).


La caminata estuvo muy bien aunque el clima no nos acompañó del todo. La lluvia a lo calabobos fue casi constante y aunque no pudimos admirar el lago en todo su esplendor lo visto tampoco estuvo tan mal.


El bosque era espectacular y la bruma que lo acompañaba le daba un aspecto casi mágico. Como si se tratara de un bosque de cuento, donde las brujas y los duendes aún hacen de las suyas.

Dormimos en refugios que previamente contratamos por internet y la verdad es que lo pasamos bien.

Una de las noches coincidimos con tres neocelandeses, un australiano y una pareja alemana. Excepto la pareja de germanos, el resto eran señores de más de cincuenta años y nos reímos un montón con muchas tonterías. Lo mejor fue que nos invitaron a vinillo y hasta nos ofrecieron algo de comer. ¡Que el tema de la comida también ha sido otro punto!
La verdad es que en cualquier excursión que se preste lo normal es quedarte sin chorizo y nocilla antes que sin pan pero nosotras, que somos así, nos quedamos sin pan antes que sin nocilla y sin chorizo. Lo que habría dado yo por un paquete de pan no lo sabe nadie...Menos mal que aquel neocelandés de barbas me dió vino, merengues y arroz. ¿Donde estaría yo ahora? ¡Pues en otro saco como la Palmer!

Toda la ruta bordea el lago Waikaremoana y durante el trayecto cruzas un montón de puentecitos colgantes. Como éste:


La vista más espectacular es la llegada a las cascadas Korokoro. Mirad qué bonicas:

Los caminos estaban bastante embarrados pero nada fue demasido terrible. Durante toda la ruta los pajaritos cantan con sus sonidos de otro planeta pero es tan espesa la vegetación que difícilmente puede verlos. Como le dije a Laura, sólo espero que no sean altavoces situados estratégicamente en el camino...
La verdad es que sobre la fauna puedo destacar los siguientes avistamientos:
Unos cuantos cisnes negros en el lago.
Un posum (¡vivo! y alejado de la carretera) cuando de noche salimos de uno de los refugios para...............................¡para ir al lavabo a lo campestre!
Varios Tuis cantando como locos.
Unos cientos de mosquitos que estaban obsesionados con mis piernas.
Una rana verde de la que, amigos y familiares, tengo documento que lo acredita. Y estoy tan orgullosa que os lo voy a enseñar. Mirad que chuli:

Esta fue la fauna.
Sobre los kiwis debo decir que este parque contiene una zona de protección (y contención) para ellos pero de estos pajaritos no vimos ni calcamonías. Lógico tratándose de un animalito nocturno y en peligro de extinción...

Nuestro último día lo pasamos en un refugio con tres neocelandeses pero éstos eran más sosainas que los otros cincuentones cachondos y ni nos dieron vino, ni arroz, ni merengues ni hostias. No habría sido muy grave si no fuera porque allí tuvimos que estar casi 24 horas hasta poder acercarnos al punto donde el Gran Lebowski nos esperaba, en esta ocasión, con la lancha motora para acercarnos al punto de origen.

El Nota llevaba la lancha , como era de esperar, a toda hostia pero llegamos sanas y salvas a nuestro cámping inicial donde nuestro coche, bandeja incluida, nos esperaba.
En el súper del cámping compramos más pan de molde y en el coche nos dimos un festival de nocilla y latas de sardinas que nos salvó la vida. O eso creíamos...

Ver las fotos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Lo siento por la francesa...

Siento mucho que a la chica francesa le haya tocado alguien tan miserable como yo para celebrar el amigo invisible, pero así de dura es la vida. A mí en cambio, el majete de Swend ha tenido la bondad de surtirme de unas cosas bien majas. ¡¡Mira tú qué apañao el tío!!


¡Y que sepáis que el tipo éste tan majete es alemán!

Mi certificado.

Hoy ha sido mi último día de curso y por fin me han dado mi certificado.

Me he llevado una sorpresa un tanto desagradable porque resulta que mi asistencia ha sido de un 89.58% y no del 90% que me esperaba. He intentado negociar el redondeo de la cifra pero el tipo que me ha atendido me ha dicho que no podía ser. Total que me ha quedado un porcentaje de lo más ridículo y feo...
Pero este trozo de papel es lo que me han dado y ya lo he mandado al Ministerio para que no me reclamen ni un céntimo del dinerito de la beca. ¡Que no queremos disgustos!

Y como no llegue ya sé yo a quién voy a echar la culpa de todo... :)

Acabando.

A día de hoy ya no me queda un dólar en metálico en los bolsillos porque me he fundido mis últimas monedas en un chocolate. ¡Y bien gastadas están!
Mañana es mi último día de curso y el sábado abandono mi querido zulo para trasladarme a un Backpacker (o alojamiento para mochileros en cristiano).
Ya puedo dar casi por finiquitada mi primera etapa en Auckland.
¿Pero ya han pasado seis semanas? Pasa el tiempo que da miedo. Miedo de verdad...
A ver si mañana os puedo contar alguna cosa antes de desconectarme por completo durante unas cuatro semanas. Que por otro lado ya sé que ésto no lo lee casi ni Diós pero para el que sí se moleste, le mando un beso, y para el que no, pues un abrazo. Que soy comprensiva :)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La conversación con la peluquera peruana.

La pasada mañana del sábado, después de alucinar con la tienda de los militares, fui a parar a una peluquería donde la dueña era peruana.
Por supuesto ésto no lo sabía yo porque sí sino porque en su rótulo publicitario ponía "Bienvenidos" y esa era prueba inequívoca de que había algo turbio e hispano en su interior.
Pregunté por el "Bienvenidos" y allí apareció una mujer menuda de tez morena y cabello oscuro a resolverme mis dudas. La peluquera peruana en persona.
La mujer me invitó a sentarme e iniciamos una conversación informal sobre cómo me llamo, lo que hago por aquí y a qué me dedico. Todo muy normal y, hasta aquí, nada interesante.
Cuando llega mi turno de réplica la cosa se anima y la mujer me cuenta una novela a lo Corín Tellado que bueno, bueno, bueno...
Para empezar me cuenta que lleva en Nueva Zelanda la friolera de diecisite años. Ahí es nada.
Hablando y hablando me cuenta que tiene 7 hijos por el mundo. Cuatro chicas en Nueva Zelanda y tres en los Estados Unidos de América (no confundirse con los mejicanos). Me dice que "ya todos son profesionales e independientes".
Hasta aquí todo muy interesante pero, la verdad, yo quería saber cosas sobre Nueva Zelanda.
Le pregunto a la buena mujer por el tema y me dice que la gente es aquí muy fría y, entre otras perlas, que el país está lleno de pedófilos y que los hombres son muy poco amorosos.
Bueno, bueno, bueno...¡Candemorenauuuuuu! ¿Qué me está contando esta mujer?
Eso pensaba yo en mi interior pero, por supuesto, no di muestra aparente de estupefacción.
La mujer también me explicó que Nueva Zelanda es uno de los países con mayor tasa de depresión del mundo. Según me dijo, ésto se debía a la ausencia de selenio en la tierra por ser ésta de tipo volcánico y que por ello los vegetales cultivados aquí no eran muy buenos.
La verdad es que he estado buscando información sobre el tema y ha sido de lo más difícil.
No obstante debo decir que en las listas mundiales de la OMS sobre la depresión, para nada Nueva Zelanda aparece entre los primeros. Como yo ya me imaginaba entre éstos se encuentran algunos paises nórdicos y de Europa del este. Pero en fin, ahí queda lo dicho.
Otro temazo es el del sol y la incidencia del cancer de piel en estas latitudes.
Aquí amigos, la peruana me ha dicho la verdad y nada más que la verdad porque ciertamente el sol aquí es malísimo y todas las listas y estudios consultados así lo confirman.
Para ejemplo, este mapa muestra la incidencia del cancer de piel por paises:

La gradación de colores va del rojo al amarillo claro siendo el rojo lo más peor y el amarillo claro lo más mejor.
Aunque aquí no se aprecia, Nueva Zelanda está de un rojo que tela y ésto se debe al peor estado de la capa de ozono y a que el fenotipo de sus habitantes (caucásico) no es el autóctono y por tanto se fríen como gambas.
En suma, que no todo el campo es orégano o que esta pobre peruana está de los kiwis hasta el kiwi. Y todo lo ve muy negro....
A mi el país me sigue gustando mucho (para qué voy a contar mentiras) y sigo alucinando con la luz de sus colores en los días soleados. Para nada me cuestiono que quizá ese azul tan precioso del cielo sea en realidad una cara bondadosa del diablo. Me pongo mi cremita solar y arreando, que es gerundio.

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En las Antípodas muchas cosas están al revés.

Para empezar tenemos el gran tema del remolino de agua en el lavabo. Aquí el remolino gira en sentido contrario al de las agujas del reloj, osea al revés del nuestro. ¡Y que sepáis que lo he comprobado empíricamente pero sin marranadas de por medio!

Otra cosa que está al revés es la manera de conducir. !A ver listillos! Ya sé que es como en Gran Bretaña pero sea como sea es otra diferencia a tener en cuenta y creo que me voy a ir de aquí sin saber mirar al lado correcto antes de cruzar la calle. Milagroso que aún siga con vida...

Incluso, aunque sea en postales, te puedes encontrar mapamundis de esta guisa:


Lo que yo no me esperaba es que los kiwis usaran la pista de atletismo también al revés...
Hoy salía con Laura de la academia y en el Domain había una competición de atletismo escolar. Empiezan una carrera y así corrían los muchachos:


¡Pero hombre, que van al revés!
Aunque tenía la cámara con la batería al límite, me he liado a hacer fotos y mira tú por donde entre los chavales había un crío vestido con la camiseta de la selección española y, al loro, con unos pantalones del F.C. Barcelona. Le he hecho algunas fotos disimuladamente pero nos hemos quedado con las ganas de preguntarle si tenía familia en la península ibérica.
Como no queríamos parecer pedófilas o acosadoras hemos pasado del tema porque la semana que viene nos vamos a caminar y no queremos que nos deporten...¡Que sería muy triste!

martes, 24 de noviembre de 2009

Gastos que no cuentan.

Hoy también he conseguido una tienda de campaña por cuatro chavos. La he pagado con la tarjeta de crédito porque con los 5 dólares de mi bolsillo no me llegaba...
Me ha costado el ofertonazo de sólo 25€. ¡¡Pero este gasto no cuenta!!
La cosa es que no pienso sacar más pasta del cajero hasta dentro de una semana porque este viernes me devuelven dinerito en metálico. Me tienen que dar el depósito de mi cuchitril y el depósito del libro de texto que nos dan en la academia. Un total de 345 NZD que me van a venir como mano de Santo.
Por eso estoy yo con lo del "apretamiento" en metálico...

¡Pero mirad qué guapa mi nueva tienda de campaña!

¡Mi Magrans y yo lo vamos a pasar en grande por los montes!

¡¡¡Un rayo de sol!!!¡¡¡ Oh, oh, oooohhhh!!!

Hoy el día ha amanecido sorprendentemente soleado y eso aqui tampoco tiene precio.
A destacar que ya me he puesto mis sandalias y que ayer les hice la reparación de urgencia con el pegamento de los chinos. ¡Y mira tú qué majas me han quedado!
Justificar a ambos lados

Otra cosa mucho más importante es que hoy Pedro, el chico de Huesca, ya se ha ido de la academia y a estas horas debe estar por algún lugar de la Isla Sur. Espero que tenga mucha suerte con el clima y que lo pase muy bonito.

Los días se suceden y yo ya me encuentro contando las horas para acabar mi curso y, sobretodo, para empezar mi viaje por estas tierras. ¡Dos días más y seré libre como las amapolas!
La primera estapa del viaje la haré con Laura y empezará en cuatro días. Con ella me pasaré una semanita y haremos la caminata del Lago Wakaremoana. Cuando volvamos ella se reincorporará a la academia y yo iré a recoger a Marc al aeropuerto. ¡Las ganas que tengo de ese día no las puedo ni describir!


lunes, 23 de noviembre de 2009

La Haka.

El tema de los All Blacks tiene aquí mucha tela...
Resulta que antes de empezar cada partido todo el equipo baila una danza de guerra maorí llamada Haka. Por lo visto es algo así como un ritual de guerra para acojonar al contrario pero la verdad es que tiene su gracia. Y acojonar, acojona bastante...


¡Misión cumplida!



Encontrar milagrosamente una camiseta de los All Blacks de talla L...

...unos cuantos dólares neozelandeses.

Salir de la tienda más contenta que unas Pascuas...


...totalmente gratuito :)

Llegar a casa y hacer el jilipollas con el regalo de tu hermano...

...no tiene precio.


Para todo lo demás...

¡Está la cosa mu apretá!

¡Hoy ha sido una ruina total!
Este es el presupuesto que me queda a día de hoy y aún estamos a Martes.

La culpa del cataclimo la ha tenido, en primer lugar, mi profesora porque, muy cachonda ella, nos ha propuesto hacer el amigo invisible. Osea coger un papelito con un nombrecito y hacer un regalito de hasta cinco (¡cinco!) dolarazos. Como está claro no iba a decirle a la buena mujer: "Mira Carey, que está la cosa mu apretá y va a ser que no lo voy a hacer..."
He cogido mi papelito y encima me ha tocado una tía francesa que hoy ha tenido el valor de decirme que el País Vasco pertenece a Francia. Yo casi me muero. He pensado en mi santa madre y le he dicho a la buena chica que nanai del peluquín. La tía al final se ha dado cuenta de su error y la conversación no ha ido por caminos más tortuosos.
Me he ido a un almacén de cosas baratillas y al loro con el pongo que le he comprado a la colega:

Mira hasta creo que me he portado demasiado bien.

La ruina no ha frenado y he tenido que comprar pegamento para mis sandalias. Las muy puñeteras se han puesto de acuerdo para boicotearme y a una de ellas le ha dado por deshacerse de su suela...¡Total, otro desfalco de 2 dólares en el chino!


Confieso, para acabar, que también me he tomado un chocolate con Laura pero eso no cuenta porque de algo se tiene que nutrir el espíritu. ¡Que está la cosa mu apretá!


Profundizando en los propósitos absurdos.

Estos cuatro chavos son el presupuesto que tengo para pasar esta semana.


Para ser exactos no son cuatro sino catorce con noventa. Unos 7 € más o menos.
Tan absurdo como lo de tomarse dos cervezas o como lo de desayunar tempranito y como una señora, lo sé.
En realidad hoy iba viento en popa toda vela porque no me había gastado un penique pero claro, el internet se me ha agotado y he tenido que invertir diez malditos dólares...
Lo que me queda es después de este desastre y todo para contaros estas miserias y otras tonterías.
Pero tengo que conseguirlo, tengo que conseguirlo, tengo que conseguirlo...

La edad de María Jiménez.

Familiares y amigos, la señora María Jiménez tiene 59 castañas. Así que poca broma.

Que me lían, que me lían...

Lo más destacable de este fin de semana ha sido que nuestra Cristina, la chica rumana, ya se ha vuelto para España. Una pena grande, la verdad...
Ayer me arrastré hasta el hall de mi edificio a las 9:30 para despedirme de ella. Y digo me arrastré porque este fin de semana me lo he pasado más de parranda de lo que yo me había propuesto. Y ésto me pasa porque me lían, me lían, me lían...
El viernes fuimos a cenar a un japonés y nos pusimos las botas. Estaba todo buenísimo y a un precio más que apañadito. Como soy una niña-melón no me llevé la cámara y no tengo documento que lo acredite pero creedme. ¡Haced el favor!
Después nos fuimos a tomar unas cervezas y a acabar de confirmar que el sentido musical de este país es inexistente.
Para empezar nos metimos en un garito supuestamente interesante donde no había ni Jesucristo. Bueno miento, Jesucristo no estaba pero sí unos cuantos chinos bailando una música del carajo a lo tortuga ninja. No me pidáis más explicaciones que no las tengo. ¿Será cosa del Kung-fu?


Allí Laura y yo, con ese percal de diversión marcial, empezamos a hablar sobre la supuesta edad de Maria Carey para acabar con el temazo "¿Qué edad tiene María Jiménez?". Tema que aún no he verificado y que nos ha tenido de cachondeo absurdo todo el fin de semana.



Cosas de estar en un bareto con música lamentable y con Bruce Lee bailando como una tortuga ninja. Digo yo...
Después (osea diez minutos después) abandonamos a los chinos y nos fuimos a un sitio que yo ya conocía para ver si veíamos a una gente. El sitio en cuestión era el bareto en el que me cascaron la Macarena y el Aserejé, entre otras perlas.
Laura y yo llegamos a ese punto en el que ignoras la música que te ponen y bailas a tu rollo. Especialmente triunfó el estilo María Jiménez por la coña que nos traíamos con lo de su edad y con lo grande que es esta artista. Todo bastante absurdo, lo sé, pero nos echamos unas risas que no veas.

Al día siguiente mi propósito de levantarme pronto para leer el periódico y tomarme un chocolate como una señora resultó un fracaso y acabé tomándome mi desayuno a la hora en que aquí la gente acaba de comer. Como una señora pero más tarde que la hostia.

Después estuve caminando un buen rato y me encontré una tienda de lo más surrealista. Se trataba, amigos míos, de una tienda de productos y folklore militar. ¡Una absoluta locura! Ya le he dicho a Laura que tenemos que ir allí para echarnos unas fotos con todos esos cascos del demonio y, a ser posible también, con una de esas mantas de camuflaje. De esas que te hacen parecer la criatura del pantano o algo peor. Igualitas que éstas:

No me digáis que no tienen rollo para largo.

Después me encontré con una peluquería donde en su cartel ponía "Bienvenidos". Como yo soy así, entré en la peluquería y pregunté por el porqué del tema. La propietaria resultó ser una peruana que llevaba casi veinte años viviendo en Nueva Zelanda. Total que me pasé casi una hora hablando con la mujer sobre el país y sobre otras cosas que me dejaron a cuadros. Más tarde os explicaré la conversación con la peluquera peruana porque no tiene desperdicio.

De noche el plan era ir al piso de Pedro para echar unas cervezas. Mi propósito era tomarme dos cervezas y evadir a todos los alemanes allí presentes. El segundo de los propósitos casi lo cumplo pero no así el primero porque acabé llegando a mi zulo a las cinco de la mañana después de echar unos bailoteos a lo María Jiménez en un lugar donde la música era una cacarruta enorme.

El Domingo me lo pasé practicamente durmiendo.

Lo más destacable del día fue la despedida de la buena de Cristina y la cena que Laura y yo nos preparamos en mi zulo. Unas señoras hamburguesas que ni los obispos se las saltan.

¡Y ésto es todo amigos!

jueves, 19 de noviembre de 2009

Hasta el cinco. Y punto.


Hace dos semanas hicimos un test para evaluar nuestros progresos.
Resulta que sacando más de un 80% podías subir de nivel y esta semana ya he sabido mi resultado. Total : 79%.
Cuando hice el test me sentí muy mal con el listening porque, yo que soy una cabeza-melón, no respondí las preguntas mientras oía las respuestas sino que creí que tendríamos algo de tiempo después para hacerlo "más mejor". Por supuesto me equivoqué y en cuanto se detuvo la cinta nuestra profesora recogió el test por lo que no completé ni la mitad de las preguntas.
Y esto que suena a excusa barata no lo es porque, cosas del destino, debo decir que me habría dado pena cambiar de grupo sólo para una semanita. Pero al final va a ser que sí que estoy mejorando. ¡Cucha tú, qué cosa!

Historias en el ascensor. Episodio 2.

Hace ya una semana me pasó otra historieta en el ascensor.
Resulta que el cacharro del demonio se estropeó a la altura de la planta 14 y ahí me quedé yo, atrapada en su interior, con dos asiáticas como compañía.
Cosas de esta vida extraña, las tías se ponen nerviosas y empiezan a tocar todos los botones con la esperanza absurda de que el trasto vuelva a funcionar. No sirve para nada.
Para mi suerte, y para la de ellas, aunque había estado corriendo en el parque del Domain había vuelto caminando al hotel por lo que no me encontraba sudando como una cochinilla. Menos mal...
Después de comprobar que apretar mil veces el botón de tu planta no funciona, las tías deciden usar sus teléfonos y llamar a recepción. Finalmente sabemos que la avería va a durar veinte minutos.
Como en un chiste, ahí me tienes echa unos zorros después de haber corrido, con dos asiáticas en un ascensor.
Finalmente inicio conversación con las chicas y estuvimos hablando sobre nuestros países y esas cosas típicas de cada sitio. Que si yo no tengo ni idea de toros, que ellas no comen perro...Lo típico.
Las chicas resultaron ser Vietnamitas y aunque en aquellos minutos me ofrecieron ir con ellas a un restaurante vietnamita de por aquí, no las he vuelto a ver. Me he quedado sin ir a un vietnamita con dos vietnamitas como consejeras. Una pena.
Lo peor es que anteayer también después de correr entré en el ascensor, y como todos los asiáticos son iguales, pues me confundí y le dije a otra chica que si fue ella la que se quedó en el ascensor conmigo. Muy ridícula la pregunta, lo sé, pero tenía que intentarlo. Por supuesto me dijo que no y cuando llegó a su planta salió del ascensor sin dicer ni mu. Seguro que pensó que yo era una psicópata...

¿Qué pasa con los checos? Episodio 2.

Atención amigos.
Ayer cené con Laura y cuando llegué a mi zulo tuve la gran suerte de encender la tele y descubrir que estaban echando "El Gran Lebowski". ¡Bien!
Al contrario que otras noches me duermo como un angelito nada más acabar la peli. ¡Bien!
De repente, de madrugada algo me desvela y unos sonidos extraños parecen provenir de la habitación-zulo de mi compañera checa. ¡Regular!
Mi oído se agudiza hasta límites insospechados para confirmar que los sonidos extraños son besos...¡Peor!
Las paredes se vuelven de papel de fumar y no me cabe la menor duda de que lo que oigo son besos, por cierto, como si se los dieran Mickey y Minnie. ¡¡¡Ssmmmmmuuuuaaakkkkkkk!!!! ¡Mal, mal, mal!
Deseo dormirme pero no lo consigo. ¡Mierda!
Para mi suerte ningún traqueteo ni repiqueteo se sucede y al final, en mi soledad, consigo dormirme pensando, divertida, que almenos la checa se lo está pasando bien...


Historias en el ascensor. Episodio 1.

Lo del ascensor tiene tela.
Resulta que los apartamentos Columbia no disponen de salita de estar de tal modo que no tienes un lugar donde comer o compartir la tele con tus compañer@s de piso.
El punto de reunión por excelencia es el ascensor porque ahí confluyen todos los seres humanos que quieren, bien abandonar el edificio, o bien regresar a sus respectivos zulos para comer unos fideos o echar una siesta.
Lo de los fideos lo digo porque la mayoría de los seres humanos que residen aquí son asiáticos y porque, a juzgar por las manchas de mi moqueta, eso deben comer todas las noches hasta el fin de sus días aquí...
El tema de los asiáticos y el ascensor es tambien, como diría mi santo padre, para mear y no echar gota. Por supuesto, me explicaré.
Cuando los asiáticos entran al ascensor jamás saludan. JAMÁS. Se meten en el ascensor, aprientan el botoncito y te dan la espalda tan rápido como puedas imaginarlo.
Por supuesto jamás responden al saludo de un extraño o, en mi caso, extraña.
Os aseguro que pueden meterse 20 chinos en el ascensor y que ni Dios dice una palabra. Todos entran, se dan la vuelta y miran al suelo como un pequeño ejército.
Después de cinco semanas casi me he acostumbrado pero no puedo evitar seguir saludando y quedarme con la palabra en la boca. Cosas de las costumbres, supongo...

Historias en el ascensor. Episodio 0.

El edificio Columbia, donde tengo mi pequeño zulo aquí, no sólo tiene problemas con la limpieza sino que tiene el grave inconveniente de disponer sólo de un ascensor para satisfacer las necesidades de todos sus residentes. El tema no sería grave si no fuera porque el edificio tiene 19 plantas y para más INRI servidora vive en la número 17.
El tema del ascensor es apasionante. Creo que tendré que ofrecer todas las historias acontecidas en él en varios fascículos como así lo hice con la visita a USA.
Para empezar cuando llegué a Auckland, y finalmente a mi edificio, me pasó una historia que la voy a explicar para que os descojonéis a mi salud...
Me meto en el ascensor y aprieto el botón 17 para llegar al, por entonces, desconocido zulito que me había tocado. Ya en el ascensor intuyo que el edificio es bastante guarrete (tema el de la guarrería que merecerá mi atención más adelante).
Como decía, aprieto el botón 17 e inicio lo que yo creo que es mi ascenso a mi planta. En el primer intento llego a la planta 10 y, para mi sorpresa, retorno a la planta número 1.
Con mis maletas, con mi cansancio y con el recuerdo de mi compañero de viaje neozelandés demasiado reciente, vuelvo a intentar mi ascenso. Llego a la planta 15 y de nuevo me vuelvo a la planta número 1.
Así amigos hasta un par de veces más...
En mi casi desesperación, aprovecho que una asiática entra en el ascensor para preguntarle si el cacharro funciona bien y ahí, en ese momento, se produce el clímax del tema. La buena asiática me dice que para activar el ascensor, uséase para que me haga caso, debo utilizar la tarjeta que me han dado junto a mi llave del zulo...
Esta mismamente:


¡Osea que me pasé 15 minutos de mi vida subiendo y bajando en ese maldito ascensor!
Aún hoy pienso que alguién me envió un ángel de la guarda metamorfoseado en "china" para sacarme del entuerto...
¡Menos mal!

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Pero quién hostias fue Cervantes?

Así de contundente puede sonar esta pregunta si quien la formula vive en la Península Ibérica. De forma brava y enfatizando, de forma especial, la palabra hostias.
La misma pregunta formulada por un alemán debe sonar muy diferente pero para el caso es lo mismo y si no sabéis de qué hablo clickad aquí.
Que algunos alemanes veinteañeros no sepan quién hostias fue Cervantes tiene su qué, pero que el mismo grupo de veinteañeros sepa bailar la Macarena mejor que tú, ya es de remate.
Lo peor del tema es descubrir que la cancioncita puede sonar también en un bar de Nueva Zelanda y que todo el mundo, menos los avergonzados españoles allí presentes, la bailan como locos.
Esa es la cultura que exportamos y lo demás son hostias.

!!!Ehhhhh Macarenaaa!!!¡Ajjjaarrrr!




Con permiso de Laura.


Con el permiso de mi querida Laura, la coleguita madrileña que me he echado por estas tierras, voy a explicar una historia que le sucedió a la muchacha y que, como diría mi padre, es para mear y no echar gota.
Resulta que Laura está haciendo un curso para preparar un examen oficial en unas semanas. Hasta aquí todo bien. Resulta que además en su curso hay unos cuantos alemanes. Eso ya no está tan bien, con todos mis respetos a los hijos de la locomotora europea.
Bueno, resulta que el otro día en su clase hicieron un juego a lo Trivial Pursuit y dividieron a los alumnos en dos grupos de tal forma que cada miembro de los mismos debía elaborar una pregunta con sus posibles respuestas. Hasta aquí todo claro. En el equipo de Laura había no pocos alemanes.
Laura decide elaborar la siguiente pregunta:

¿Quién fue el autor del Quijote?

Ojo al tema.
Laura decide poner las siguientes opciones:
a) Miguel de Cervantes.
b) William Shakespeare.
c) Paulo Coelho.

Todos los alemanes respondieron........................¡OJO AL TEMA!

c) Paulo Coelho.

Mi pobre Laura, sin dar crédito a lo que oía, aún tuvo que escuchar como una alemana, con careto de incredulidad, le decía " Are you sure..?" (o "¿estás segura?" en cristiano raso).
Cuando nos contó el episodio, y entre risas sobre el tema, le dijimos a Laura que como contraposición, les diga a los germanos que el lamentable Main Kampf lo escribió Maruja Torres, o que el Fausto se lo curró nuestra Elvira Lindo...
Por supuesto, si la miran raro que les diga lo del "Are you sure...?"
¡Y a tomar viento!

domingo, 15 de noviembre de 2009

Adivina, adivinanza...

¿Qué es ésto?

Por si ya lleváis un rato pensando (cosa que dudo) no se trata ni de un cielo estrellado ni de curiosos fuegos artificiales. No, no, no...
Se trata, atención, del interior de unas famosas cuevas de la Isla Norte de Nueva Zelanda. Concretramente son las cuevas de Waitomo y éstas son famosas porque en su interior viven miles y miles de: emoción, emoción.........................................¡de luciérnagas!
¡Sí familiares y amigos! Lo que aparece en la imagen son cientos de luciérnagas en la oscuridad de una cueva enorme.
Las cuevas están situadas en la región de King Country que, también conocida como el "Corazón Rural de Nueva Zelanda", es famosa por sus grandes prados y su topografía ideal para reciclarse como granjero y dedicarse al negocio de la oveja y sus derivados.
Las cuevas son enormes y puedes visitarlas mediante turnos guiados y previo pago de unos cuantos dólares.
Nosotros, más pobretones y agarrados, decidimos visitar sólo la más famosa del conjunto: la Glow-worm Cave (cueva de las luciérnagas).
La visita dura unos cuarenta y cinco minutos y consiste en una pequeña caminata por las cuevas hasta llegar a la gran sala donde estos animalejos se concentran.
Como esta sala está inundada, la excursión finaliza con un breve pero ES-PEC-TA-CU-LAR paseo en barca. Tal que así:

El paseo es en absoluto silencio y es tan bonito que parece mentira que todas esas lucecitas sean sólo insectos.
En la oscuridad y tan sólo con el ruido de la barca meciéndose tranquilamente, acabas teniendo la sensación de haber contemplado el cielo estrellado más maravilloso que se puede ver en este mundo.
Miraba ese cielo y me maravillaba pensando en lo raro y precioso que pueden ser todas las critauras de este, nuestro planeta. Os parecerá quizá ridiculo que me exprese así pero no puedo hacerlo de otra forma. Confieso que en la sala se me han caido unas lágrimas. Lágrimas de emoción, claro. Me pasa cuando algo me parece tan bonito que mi cuerpo no puede soportarlo. Se me acumulan las imágenes en los ojos y al final éstos me lloran. O esa es la explicación que yo me he construido después de tantos años.
Pensar ahora mismo en aquella sala me conmueve.
Me imagino ese mismo espacio en todo su esplendor. Silencioso, privado, secreto. Sin ningún ridículo visitante en barca y con una galaxia hecha de luciérnagas.


sábado, 14 de noviembre de 2009

Camino de Mordor.

Este fin de semana hemos hecho la Tongariro Alpine Crossing.
Según parece, es la mejor caminata de un día que se puede hacer en Nueva Zelanda y la verdad es que mereció la pena. Como siempre, tuvimos mucha suerte con el tiempo y el día fue espectacular.
La caminata tiene lugar en el Parque Natural de Tongariro y dura unas siete horas.
El paisaje es de tipo volcánico y me pareció de lo más curioso porque nunca antes había visto algo parecido. Durante la caminata me sentía como en otro planeta.
El volcán que aparece con más frecuencia es el Ngauruhoe, todavía en activo. Por si os parece curioso, os puedo contar que fue el escenario elegido en El Señor de los Anillos para representar el Monte Doom. ¿Que no os suena de nada lo del Monte Doom? Pues era el monte que conducía a Mordor durante la tercera parte de la trilogía. El bueno de Sam y el plasta de Frodo lo hicieron acompañados de Gollum. Seguro que ahora os suena el tema.

Sea como sea, sin Gollum o con él, la llegada a la cima del Volcán Rojo es espectacular y desde allí puedes contemplar los lagos llamados Esmeralda y Azul. Todo el conjunto es realmente maravilloso. Ojalá algún día podáis verlo con vuestros propios ojos. Merece la pena.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Los inventores del Bungy Jumpy.

Como os comenté, y pensando en los orígenes de esto de saltar al vacío con una cuerda atada a los pies, recordé un documental que vi hace tiempo sobre una tribu que practicaba lo mismo, aunque de una manera más rudimentaria, como ritual de masculinidad.
Resulta que no sólo a mi en este mundo le interesan estas cosas y finalmente he encontrado información en la red sobre el tema.
La tribu se encuentra en un país llamado Vanuato que, situado en el Pacífico, está compuesto por varias islas.
He encontrado un blog en el que su autora se pasó cuatro años en el país y explica estos rituales y otras curiosidades. Os invito a leerlo, por si un día jugando al Trivial os sale una pregunta sobre el tema y os jugáis el quesito de la victoria. Os paso el enlace:
Por si os parece demasiado, os podéis conformar con ver este video sobre el ritual en cuestión. Está en inglés pero, seguro que para entenderlo, os sobrarán las palabras. ¡Esto sí que tiene tela y no la mariconada que hice! Mirad, mirad:


martes, 10 de noviembre de 2009

El cisne negro.


El cisne negro es originario de Australia y fue introducido en Nueva Zelanda con la llegada del hombre blanco del mismo modo que también se exportó al viejo continente para dar un toque exótico a los jardines y parques de algunas ciudades.
Como pasara con otras especies invasoras, el Cisne negro se reprodujo a sus anchas en la isla-paraíso de los pájaros y actualmente es considerado otra plaga que, por suerte, está bajo control.
El lago Rotorua estaba lleno de ellos pero se estima que en otros lugares hay colonias de hasta 70000 individuos.


En Europa sólo en países como Eslovenia y Austria el cisne negro ha conseguido reproducirse en estado salvaje pero en ningún caso de la manera tan espectacular como en Nueva Zelanda.
Qué curioso que el concepto "plaga", para mi siempre unido a animales tradicionalmente despreciables como las ratas o las cucarachas, sea aquí vinculado a animalejos tan majos como el cisne o el denostado posum. Ya me gustaría a mi tener plagas de cisnes negros en Barcelona y no de cucarachas americanas por mucho que mi amigo Edu se piense que soy una admiradora de estos resistentes insectos.
Amanecería la mañana y los cisnes negros camparían a sus anchas por la ciudad. Quizá tendrías que evitar pisarlos o apartar sus nidos de la acera antes de entrar en el coche.
Mucho más romántico que ver cómo las cucarachas se arrastran con su corretear nervioso hacia las cloacas, después de una larga noche de aventura entre la basura de la ciudad...

El Tui.

El Tui es uno de los pájaros nativos más fáciles de ver por aquí pero sobretodo es de los que tiene el canto más raro.
Sus sonidos son una combinación sorpredente de matasuegras, carcajadas de niño pequeño y gorgoteos agudos que a nadie dejan indiferente. Ni en mil años podría imitar el sonido de este bicho que, además, también es bien bonito.


Gracias a lo maravilloso de youtube os puedo poner una muestra de su canto. A ver qué os parece ésto:


Sin duda tiene su gracia pero el canto del Tui no puede competir con el Lyre bird australiano que es capaz de imitar casi cualquier sonido. He dicho cualquier sonido, y si no me creéis alucinad con este video: