viernes, 16 de abril de 2010

Madre no hay más que una...

La buena de mi madre ha empezado a correr y lo hace casi cada día después de sus sesiones de gimnasio. La mujer está como una moto y tan es así que el otro día salí a correr con ella. Estuvimos cuarenta minutos y, aunque ella no va a mi ritmo, ni se para ni desiste en el trote.
Antonio es uno de sus compañeros de carreras y, por lo que me cuenta mi madre, se diría que es su entrenador personal. Parece que el hombre está muy obsesionado con el tema y que mi madre está corriendo por el monte a sus órdenes cual caballo desbocado. En broma, ya le he dicho que a ver si Antonio se la quiere llevar al huerto pero mi madre dice que para nada. Pero en fin, que tampoco seguiré por esa tortuosa senda...
Lo que quiero explicar es que sólo una madre puede decir una barbaridad con tal de dejar a su hijo (hija en este caso) por las nubes.

Resulta que Antonio es un fanático de las carreras populares. El hombre hizo el año pasado la Cursa dels Bombers y este año también se ha apuntado. Como yo también participé el año pasado, mi madre llevaba ya unos días interrogándome sobre la distancia de dicha carrera, mi tiempo, mi puesto etc... Como podréis imaginar, no tengo respuesta para muchas de ellas porque ni me acuerdo.
Ayer, mi madre llega a casa después de su multifitness, y me dice:

"Nena, ¿tú qué tiempo hiciste el año pasado en los "bumbés" (bombers en catalán de verdad)?"
"Pues bajé de la hora ahí de pelillos...Hice unos 58 minutos y además acabé más coja que el caballo del malo porque el gemelo lo tenía fatal..."

Mi madre se descojona en mi cara y continúa:
"Aiiiii...¡que le he dicho a Antonio que la hiciste! pero me he pasado..."
"¿...Qué le has dicho..?
"Ejjjeeeeeeejejeeee...¡pues que tardaste 30 minutos! y que lo hiciste lesionada...ejejejeejejeeee..."
"Ama, recuérdame que no quiero conocer a Antonio..."

Subo a mi habitación y encima de la mesilla me encuentro un frasco de crema anticelulítica. Desde mi cuarto le digo:
"Ama, ¿y esta crema?"
"Sí, te la he comprado hoy porque una amiga del gimnasio...en internet vi que...la cocina...donde está tu padre...cena..."
Pierdo sus palabras en la distancia mientras me miro el frasco de lucha contra la piel de naranja. Ante el hermoso culo de la caja, reflexiono sobre eso que dicen que madre no hay más que una. La mía es capaz de verme celulítica perdida pero más rauda y veloz que toda la selección de fondista de Kenia...¡Tela!


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