Ayer también tuvimos un nuevo episodio de convivencia caprichosa con estas criaturitas.
Estábamos cenando (¡cómo no!) en la terraza cuando un bicho grande fue a chocar sucesivas veces contra nuestra lámpara de pared. Por el tamaño y los golpes que daba lo primero que pensamos es que se trataba de un nuevo vespa cabrón pero, tras detenerse en el muro, vimos que era otra cosa desconocida.
La sorpresa llegó cuando, tras un par de segundos de reposo de la cosa desconocida, el vuelo violento de un nuevo intruso hizo aparición. Esta vez no había dudas al respecto...¡Era un nuevo vespa cabrón!
Yo nuevamente actué cual madre palestina y MI Hombre, con la calma que le caracteriza, eliminó al intruso. Esta vez no lo hizo con un trapo sinó con su libro "Better embedded system software" (de un tal Philip Koopman para más datos). El libro (de tapas duras, por cierto) fue usado a modo de raqueta, en primer lugar, y a modo de maza, en última instancia. El vespa cabrón falleció bajo el peso de los sistemas embedidos dejándonos un pequeño charco de fluidos en el suelo...
Eliminada la vespa, la cosa desconocida pudo acaparar nuestra atención. Al principio pensamos que era una polilla pero, dado el tamaño del
bicharraco, decidimos nuevamente iniciar una wikipedia investigación
para determinar si tal bicharraco pertenecía a nuestras latitudes y bla,
bla, bla...
No era una polilla sinó una hyles livornica. En castellano raso, un abejorro estriado.
Y aquí la foto que pude hacerle...
¿Bonito, no?
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