lunes, 26 de agosto de 2013

Mañana, otro hito histórico

Mañana tendremos un pequeño momento histórico familiar. ¡La Cachorra va a empezar la guardería!

Mañana sólo será el día de adaptación y los padres tenemos que estar en el aula durante todo el tiempo. Además sólo irá la mitad de la clase y será el jueves cuando todo el grupo se reuna al completo. 

Hoy hemos estado preparando la mochila y ultimando algunos detalles. La mochila que va a llevar nos la regalaron mis compañeras del cole cuando La Cachorra nació y de eso ya hace dos años. Miraba la mochila y recordaba que, al recibirla, pensé que tendría que pasar casi una eternidad para usarla. Esa supuesta eternidad de tiempo ya ha pasado y la mochila de mis compis está sobre nuestra mesa lista para prestar servicio fiel.
 


Mañana es un momento histórico y confieso que me tiene preocupada. La Cachorra me preocupa.

Triathlon de Lausanne.


Ayer amaneció con un cielo infestado de nubarrones negros y con temperaturas poco veraniegas. Los malditos meteorólogos habían acertado y la jornada no iba a ser soleada...

En cualquier caso ayer era domingo y, pese al tiempo, el calendario decía que se celebraba la triathlon de Lausanne. Además de que me había apuntado, no encontramos mejor excusa para iniciar el día de una manera diferente así que ahí que nos fuimos.

Yo no sé si fue por el tiempo amenazante o porque durante todo el viaje en coche a Lausanne tuve  frío, pero el caso es que al principio estaba un poco como desencajada. Conduciendo, por un momento, incluso deseé que pasara algo imprevisto para no tener que meterme en el lago con ese frío. Confieso que deseé pinchar una rueda del coche o perdernos inexplicablemente. Después pensé en William Walace, en que me había preparado y  en que, coño, ya estaba casi en Lausanne y no era plan rajarse de esa manera.

Llegamos a Lausanne un poco justos de tiempo pero tras retirada un poco accidentada del dorsal las ganas volvieron a emerger. Bueno, con el traje de superheroe y tras chapuzón en el lago previo a la carrera, las ganas volvieron a hacerse un poco pequeñas. ¡Qué frío!

En esta ocasión la salida no se hacía desde una playa sinó desde un espigón. La categoría masculina salió antes que la femenina y pocos segundos después del pistoletazo todas pudimos entrar al espigón. Llegó nuestro momento.

Todas las participantes nos dispusimos a lo largo del espigón y allí nos sentamos. Sentada allí, a esas horas mañaneras, me quedé mirando los nubarrones. El cielo, la verdad, estaba bonito. Después me miré las piernes y vi que tenía la piel de gallina. También miré el pelotón de hombres que estaba nadando a un par de centenar de metros de la salida y la marea de hostias que se generaba a su paso. Volví a mirarme las piernas y vi que la piel de gallina seguía allí.   

A mi lado había un grupo de italianas que bromeban sobre el "fredo" y lo "freda" que estaba el agua. Pues sí, mirando mis piernas, eso era evidente. Acto seguido la organización nos invitó a meternos en el agua y allí nos metimos. Con todo, se estaba mejor dentro del agua que fuera. El bocinazo de salida sonó y ya no hubo más tiempo para mirarme la piel de gallina de las piernas. 

Las boyas, por si no lo he dicho antes, estaban como lo estaban en la triathlon de Ginebra. A tomar por culo, vamos. Pero lo peor, en esta ocasión, no fue ese detalle sino lo atrapada que me quedé entre lasa italianas del "fredo" y lo mucho que me costó avanzar. Por momentos lo pasé mal porque no veía nada, no podía orientarme y porque el lago no estaba como una balsa. La corriente era mucho más fuerte que en otras ocasiones y llegar a la primera boya fue muy duro. La llegada a la segunda boya fue algo mejor pero por entonces ya había tragado agua como para hacer un trasvase al Ebro. ¡Y aún me quedaba llegar! 

A falta de 150 metros me separé como pude del grupo aún a sabiendas de hacer más metros y ahí pude ver un poco la luz. Recuperé un poco la compostura y, finalmente, acabé la natación. ¡Qué duro fue! Nada que ver con Ginebra. Aquí no había rémoras pero la marea de hostias fue monumental. Y creo que mi salida fue la propia de una pardilla. Antes del bocinazo me quedé acorralada entre las italianas del "fredo" y, sumado a la corriente, empezar a nadar fue casi imposible. 

Pero nunca nada es tan malo en la vida y de todo se aprende. Aquí unos ejemplos:
Lección 1: Si la salida ya es desde el agua quédate SIEMPRE en primera fila. 
Lección 2: Respetando siempre la lección 1, sal cagando leches y que tu marea de hostias te proteja.
Lección 3: Evita a las malditas italianas del "fredo" cueste lo que cueste. ¿Que las mujeres de tu vera hablan italiano? ¡Corre y busca otro sitio!

Pero bueno, una vez acabada la natación pues a por la bicicleta. La parte ciclista fue más dura que en Ginebra porque el recorrido tenía más cuestas y porque a falta de una vuelta se puso a llover. Pero debo decir que me gustó mucho y que gracias a que he bicicleteado más no fue catastrófico. No obstante, y a punto de cabar la bicicleta, me di cuenta de que bajar de 1:30 iba a ser imposible. 

Acabada la bicicleta tocaba correr y ahí que me puse. Empecé a correr pensando que tenía que intentar rebajar la 1:30 pese a lo difícil del asunto. Pese al acartonamiento de piernas que llevaba la carrera se me da mejor que todo lo anterior y el recorrido es además bien planito. Llovía un poco pero aquí me resulta agradable. Sigo corriendo y me encuentro bien. Me acerco a la meta y veo que quizá sí puedo lograrlo. Aprieto y paro el crono finalmente en 1:30'57. No había conseguido bajar la hora y media pero sí había mejorado el tiempo de Ginebra. Estaba muy contenta.

El sorpresón final llega cuando viendo mis tiempos descubro que en la carrera corrí los 5km en 21 minutos exactos. Nunca antes había corrido los 5km tan rápido y menos después de haber tenido que nadar entre las italianas del "fredo" y cascarme 20km en bicicleta. ¡¡¡Osea, que está de la leche!!! 

Y hoy encima he descubierto que salgo en la selección de fotos que la organización ha colgado en la web.

Premio para el que me encuentre aquí :)


jueves, 22 de agosto de 2013

Pollos

Hoy la entrada, como bien indica el título, irá de pollos. Pero no de esos típicos pollos (¡pitas-pitas!) que imagináis sino de esos pollos terroríficos que un día asolan un pueblo y que convierten al mismísmo Godzilla en la reencarnación de Teresa de Calcuta. Hablo, cómo no, de los pollos que nos viene montando La cachorra últimamente...

Estos pollos destructores nos hacen pensar que nuestra cachorra ha entrado en esa etapa que los teorizadores llaman los terribles dos. Dicho de otro modo, esa etapa en la que las criaturas, una vez cumplidos los dos añitos, se transforman en seres diabólicos capaces de requerir exorcismos diariamente. Yo la verdad no sé si estos pollos se explican sólo por eso que llaman los terribles dos...

El primer pollo destructor apareció en la piscina cubierta de Vernet. El susto que nos llevamos fue de órdago porque un pollo de ese tamaño no se ve así como así. ¡Y menos en una piscina! Por lo visto su súbita aparición tuvo que ver con el hecho de intentar abandonar las instalaciones y con ello el tobogán de la piscina infantil donde La Cachorra se lo estaba pasando en grande. El pollo destructor apareció e hizo tambalear todo el pabellón deportivo durante un cuarto de hora. Después se fue revoloteando a lo si te he visto, no me acuerdo.

El segundo pollo destructor aún fue más grande e hizo aparición en plena caminata por el Zermatt. Todo sucedió, según parece, cuando Mi Hombre le quitó el teléfono a La Cachorra y la criatura se quedó sin Pocoyo. El pollo destructor, en esta ocasión, se quedó durante media hora hasta desaparecer revoloteando como lo hiciera en la piscina.

La Cachorra nos pone a menudo en situaciones muy complicadas pero no sabemos mucho de cachorros. En fin, sobreviviremos. O no...
  

 "¡¡Cuidado, la niña se ha quedado sin Pocoyo!!"

miércoles, 21 de agosto de 2013

El chaval ya se ha ido

Nuestro sobrino cogió su avión de vuelta a las Hispanias el pasado sábado y, para que se nos fuera contento, decidimos llevarlo de nuevo a Paquis para que se hartase de pegar saltos y de coger la tirolina que allí montan.  

Parece que el chavalote no ha sufrido en exceso con nuestra compañía y hasta nos dijo algo así como: "Si el año que viene no estáis hechos unos viejos podría volver y repetir..."

Nosotros le respondimos (tras colleja reglamentaria) que el año que viene esperamos no estar hechos unos vejestorios y que, pese al año de envejecimiento, seguramente podremos soportar su presencia (¡y hasta disfrutarla!).

Aquí el chaval en la tirolina...


...y aquí el viejales de su tío en zambullida estilosa desde los cinco metros. (*)



¡Pues intentaremos envejecer con dignidad, chavalote! Así no tendrás excusa para volver a visitarnos.

(*) Milagrosamente, Marc no se ha quedado paraplégico...¡¿VALE?!

En cuatro días...

Sólo faltan cuatro días para el triathlon de Lausanne y, a día de hoy, el parte meteorológico anuncia lluvia y bajada considerable de temperaturas para el evento.

Esperando (y deseando) una mejora del asunto, lo que ahora puedo decir es...

"¡¡¡¡¡AAaaAAAAAAaAAaAAAAAArrrggghhhhh!!!!!"

sábado, 17 de agosto de 2013

Insectos II

Ayer también tuvimos un nuevo episodio de convivencia caprichosa con estas criaturitas. 

Estábamos cenando (¡cómo no!) en la terraza cuando un bicho grande  fue a chocar sucesivas veces contra nuestra lámpara de pared. Por el tamaño y los golpes que daba lo primero que pensamos es que se trataba de un nuevo vespa cabrón pero, tras detenerse en el muro, vimos que era otra cosa desconocida.  

La sorpresa llegó cuando, tras un par de segundos de reposo de la cosa desconocida, el vuelo violento de un nuevo intruso hizo aparición. Esta vez no había dudas al respecto...¡Era un nuevo vespa cabrón!

Yo nuevamente actué cual madre palestina y MI Hombre, con la calma que le caracteriza, eliminó al intruso. Esta vez no lo hizo con un trapo sinó con su libro "Better embedded system software" (de un tal Philip Koopman para más datos). El libro (de tapas duras, por cierto) fue usado a modo de raqueta, en primer lugar, y a modo de maza, en última instancia. El vespa cabrón falleció bajo el peso de los sistemas embedidos dejándonos un pequeño charco de fluidos en el suelo...   

Eliminada la vespa, la cosa desconocida pudo acaparar nuestra atención. Al principio pensamos que era una polilla pero, dado el tamaño del bicharraco, decidimos nuevamente iniciar una wikipedia investigación para determinar si tal bicharraco pertenecía a nuestras latitudes y bla, bla, bla...

No era una polilla sinó una hyles livornica. En castellano raso, un abejorro estriado.
Y aquí la foto que pude hacerle...


¿Bonito, no?


viernes, 16 de agosto de 2013

¡¡Marcón piscinero!!

Hoy, sin anabolizantes ni intervención divina (que se sepa), he bajado de 10 minutos en los 500 metros natatorios. ¡¡Mi actual record está en 9:48!!

"Queridas rémoras, la semana que viene os vais a cagar..."



miércoles, 14 de agosto de 2013

Chocolateeeeeee...

Ya sabemos que los excesos son mu malos pa la salú pero...¡Pero qué buenos están!


Los lunes al sol...

...y los martes, y los miércoles, y los jueves, y los...


Motivación. Videos para correr y para todo lo demás...(Vol.3)



Modo de empleo: ¿Ya ha visto el video?¿Y aún sigue ahí? ¡Levántese ahora mismo y haga algo!



Modo de empleo: No es necesario un modo empleo. Visualizar. Disfrutar.


Modo de empleo: Si ésto no le motiva para correr...¡Es usted un caso perdido!



Modo de empleo: Visualizar. Llorar. Correr.


Modo de empleo: Visualícelo y enmudezca. En la vida real dar un par de collejas al capullo de la camisa hortera.

Insectos.

Esta entrada versará sobre esas pequeñas (y no tan pequeñas) criaturas que comparten con nosotros este mundo, la comida de la mesa y, a menudo, nuestra propia sangre...

Esta entrada no intentará dar cabida a toda la genealogía que esta clase de animal posee pues la tarea sería ardua e imposible para alguien como yo. Aquí, concretamente, hablaré de 4 insectos y de lo que su encuentro ha dado de sí. 
 
Viajemos en el tiempo y remontémonos al viernes de hace casi tres semanas...

Estamos en la víspera de la llegada de Joseba y decidimos cenar en casa con nuestros vecinos Sebastian y Begoña. Hacemos una parrillada como los cánones estivales mandan y todo sale, como diría mi padre, cojonudo.

Me encontraba yo hincando el diente a una chuleta de cordero cuando algo misterioso impactó contra mi brazo. Cosas de una mente absurda como la mía, al sentir el choque no sé porqué me da por pensar en un corcho de vino porque el tamaño y la textura bien parecían a semejante cosa. Pues bien, mientras ese pensamiento majadero corría por mi cerebro, compruebo como el corcho vuelve a impactar de forma repetitiva contra la pared de la terraza. El corcho estaba ciertamente volando y mi brazo empezó a mostrar una picazón que, instantaneamente, materializó dicho corcho en lo que en realidad era: un avispón de casi 3 centímetros.

El insecto chocó conmigo y, de regalo, me picó. Estábamos boquiabiertos en la mesa mientras el avispón seguía impactando violentamente contra la pared cuando Magrans, con la calma que le caracteriza, se levantó, cogió el trapo de la mesa y estampó la visita indeseable contra la pared. Un crugir estruendoso y un tanto desagradable acabó con el vuelo del corcho.

Preguntándonos si tal bicharraco era normal por estas latitudes, decidimos hacer una wikipedia investigación para confirmar que, efectivamente, el bicharraco es europeo y se llama avispón europeo o vespa crabro. Yo mejoraría el segundo nombre llamándolo vespa cabrón porque, tras casi tres semanas después del suceso, la picadura es aún visible y tuve el brazo como un pimiento morrón durante bastante tiempo. Esto le pica a mi hermano Alfredo y tenemos que enterrarlo en el jardín de casa...

Aquí el animalico...


Aquella cena prosiguió sin más inoportunios y yo seguí con mi chuletilla de cordero, dicho sea de paso, un tanto fría después de tanta interrupción.

Días más tarde y con Joseba por aquí, estábamos comiendo en la terraza cuando algo impacta nuevamente contra nuestra pared. ¿Era un avión?¿Era acaso un corcho vino? ¡¡No!! Era un nuevo vespa cabrón. Seguramente un amigo vengador del difunto días antes o un amante dispuesto al suicido por amor.  

Yo en esta ocasión cogí a Jone como lo haría una madre palestina al escuchar las sirenas de la ciudad y Marc, con la calma que le caracteriza, volvió a armarse con el trapo de cocina. Tres segundos después, un nuevo crugir estruendoso anunció el  fin del avispón vengador.

Este encuentro nos dió la pista sobre la posibilidad de que tengamos una colmena relativamente cerca pero, hasta hoy, no hemos vuelto a recibir visitas de corchos voladores.  Esperemos que así sigamos.

Hace unos días y, como no, en la terraza recibimos una nueva visita. Estábamos comiendo cuando literalmente aparece un mosquito gigante. Tal cual. Nosotros estábamos a lo nuestro y decidimos no hacerle más caso pero, estando ya recogiendo los platos, el mosquitazo fue a meterse en casa con la mala pata de encontrar a Joseba en el camino. Éste, rápido y frío, se descalzó la chancleta y soltó un derechazo al mosquito que lo estampó contra el suelo. No sé si el mismísimo Rafa Nadal le habría atizado más fuerte pero el caso es que el mosquito seguía vivo en el suelo. Un poco arrugado pero vivo. No contento con el resultado, mi sobrino remató al pobre usando el balón de Jone y me consta que tuvo que esforzarse...

Tras preguntarnos si tal bicharraco pertenecía a estas latitudes, iniciamos una nueva wikipedia investigación. Descubrimos que, efectivamente, el bicharraco es autóctono, que no es un mosquito y que no pica a nadie. Se trataba de una pobre típula. Un ser pacífico que seguramente paga más impuestos que la cacarruta de políticos que tenemos en Españistán.

No hemos recibido visitas de típulas vengadoras pero, dado el trato nazi que dimos a la primera, la llegada de un ejército de típulas me parecería hasta justo...

Y por fin hablaré del cuarto insecto.

El día que subimos a Narderans, tras visita reglamentaria al lavabo, descubrí algo misterioso a mitad del muslo derecho. Aunque no daba crédito lo que vi era lo que era. Una pequña (minúscula) garrapata había sorteado el obstáculo de mis pantalones largos y se había anclado a mi piel. Con los pantalones aún en los pies salí al encuentro de Marc para mostrarle el hallazgo. Pese a lo deshonroso de mi estampa, Magrans omitió todo tipo de comentarios e inició una especie de búsqueda absurda por casa para encontrar una herramienta adecuada para arrancarla. A los tres segundos, sin pensarlo, cogí a la intrusa con mis dedos pulgar e índice y la arranqué como lo había hecho antes en cientos de ocasiones con mis perros. Marc dejó de buscar y dijo: "Pues vale...¿Nos vamos al lago?" Y al lago fuimos, efectivamente.     

Y hasta aquí esta extensa (lo sé) entrada sobre la caprichosa convivencia con estas criaturitas de la creación.

Zermatt.

Este fin de semana nos fuimos hasta Zermatt y la verdad que es un lugar muy, muy recomendable.
Hicimos la llamada ruta de los lagos y dormimos a mitad de camino en un refugio de montaña. El tiempo estuvo perfecto y tuvimos la suerte de ver este pico tan famoso como sale en todas las fotos. Resumiendo muy mucho: hemos venido flipados y esperamos repetir.




jueves, 8 de agosto de 2013

Regalitos.

Hoy ha llovido mucho pero la lluvia ha dado tregua por la tarde y he ido a correr. He corrido 10 km, ni más ni menos. El paisaje lucía espectacular y el aire olía a lluvia y a hierba fresca.

Al regresar descubro que este arcoiris anuncia  que Marc está preparando una barbacoa...

 
...y que el cielo, desde nuestra casa, luce tan bonito como durante todo el recorrido de esta tarde.


Y aquí, amigos y parientes, la gata de los vecinos. Nos visita a menudo y hoy, por fin, he podido inmortalizarla.

  
 
¿Se puede pedir más al atardecer?


miércoles, 7 de agosto de 2013

Joseba.

Joseba se ha venido a pasar con nosotros tres semanas aprovechando que el CERN dispone de un programa de prácticas no remuneradas para los estudiantes de bachillerato. 

Marc le está haciendo las labores de tutor y aunque seguramente el muy pérfido desearía tener al chaval cual esclavo de oficina me consta que se está comportando y no ha sacado el látigo del armario (ese que esconde tras los manuales de programación).


Sea como sea, el chavalote parece estar aprovechando el tiempo y, milagrosamente, parece contento por estar con nosotros buena parte del día. También  puede ser, claro, que el pobre esté contando los días para su regreso. Por el momento no he hallado marcas en las paredes de su habitación cual presidiario que apunta el tiempo que le resta de condena pero también es verdad que lo de las marcas en la pared es muy anticuado y Joseba, como casi todo Dios, tira de "feisbuks"y "tuiters". En fin.


En la subida que hicimos a Narderans nos quedó claro que el monte le gustó al muchacho. Por ello, y sin menospreciar la magnificencia del Jura, hemos decidido acercarnos al Zermatt este fin de semana. Nosotros nunca lo hemos visitado pero qué mejor ocasión para hacerlo. 


Pasa el tiempo. El tiempo pasa.

El mutismo de estas semanas está relacionado, en primer lugar, con el súperbuen tiempo que está haciendo por aquí. Decían los expertos que este año no iba a haber verano y mira tú por donde está haciendo un calor de la leche y un tiempo excelente para estar por ahí. 

En segundo lugar, nuestro sobrino Joseba se ha venido a sufrirnos durante tres semanas por lo que, sumando el dato anterior, estamos haciendo lo que se puede para que el chaval vea cosas por aquí.


Por último, y por si algún incrédulo lo dudaba, sigo con mi preparación triathlera y ya puedo anunciar que mi próximo reto de la muerte será en tres semanitas. Ayer mismo me apunté a la Triathlon de Lausanne así que tengo aún un tiempecillo para mejorar mi ciclismo. Todo se andará o, mejor dicho, se bicicleteará.

 Pero vayamos por partes...