sábado, 1 de junio de 2013

Suiza: sus horarios y sus gentes.

Esta mañana, después de una semana de inactividad por culpa del maldito francés, me he levantado dando un salto mortal. Bueno, el salto mortal no lo he pegado pero a las 7:30 ya estaba en pie y ahí que me he ido  a la piscina.

Mi pequeño sueño hoy era llegar a la piscina y descubrir que la instalación, a esas horas mañaneras, estaría desierta. ¡Una piscina olímpica enterita para mí!

Pues bien, he llegado a la piscina de Vernets a las 8: 30 y lo que me he encontrado ha sido, como diría mi padre, para mear y no echar gota...

De entrada, el parking de las instalaciones estaba a petar. Yo no daba crédito. Aparco casi milagrosamente el skodi y en la mismísima puerta de la piscina coincido con una buena mujer y sus dos hijos pequeños. ¡Atención! las 8:35 de la mañana y una señora con sus dos hijos hablando alegremente como si el desayuno hubiera tenido lugar hace tres lustros...

Pero ésto no ha sido nada. Entro en los vestuarios y allí me encuentro un huevo de gente preparándose para abandonar el recinto. ¡¡Las 8:40 y toda esa gente ya se había bañado!! Y finalmente, entre esa pequeña marabunta de madrugadores, me encuentro a la master class. Una señora de unos 80 años acicalándose frente al espejo y repeinándose el moño...¡Que la señora también se había bañado!!

Y yo pensando que había hecho algo casi heroico...

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