Marc se ha visto envuelto repentinamente en una misión secreta de las suyas y en esta ocasión es preciso que vaya unos días a Chicago. Como ahora es un espía con familia ha decidido llevársela a cuestas aunque ya le he dicho que no quiero verme envuelta ni en tiroteos ni en interrogatorios. Él, como siempre, me habla del Fermilab y de no sé qué rollos de aceleración de partículas. Sus tapaderas de pacotilla, vamos...
En cualquier caso desde el jueves pasado llevamos unos días a la carrera que no veas. Para empezar, el episodio más surrealista hasta el momento ha sido hacer llegar mi pasaporte desde Igualada a Ginebra en menos de 24 horas. Todo fue posible a gracias a Ups y sobretodo a mi cuñada que es un solete. El pasaporte salió de Igualada a las 17:00 del mismo jueves llegó el viernes a las 10:15 de la mañana. Como diría Jesulín: "¡Im-pesionante!"


¡Pues eso! Que a ver qué tal se nos da el aire con bebé a bordo y a ver qué tal está Chicago.

Salimos mañana a las 9:15 de la mañana lo que significa que a las 6:00 nos ponemos en marcha. Hacemos escala en Amsterdam y la llegada a Chicago es a las 14:40 del domingo en USA. El periodo de vuelo más largo será de unas 8 horas. Sí 8 horas. Las novedad, claro, es que vamos con nuestra Jone pero como diría Chiquito: "¡No seas cobarrrrrlde!"

¡Pues eso! Que a ver qué tal se nos da el aire con bebé a bordo y a ver qué tal está Chicago.
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