lunes, 23 de julio de 2012

Va de mudanza.

Bueno, a día de hoy aún no tenemos conexión de internet decente así que no sé si voy a poder colgar algunas fotos del cambio que hemos hecho. Bueno, cambio...¡El cambiazo que hemos hecho! Atrás queda ese cuchitril de treinta metros, ese microascensor forrado de estropajo, ese bareto chungo del portal y su maldita dueña, ese vecino tarado del quinto y sus golpes a las tuberías, ese...¡Bueno, que ya vale!

Ya estamos en Thoiry y estamos de un contento que casi no entramos por las puertas. De hecho, el jueves pasado regresamos a Ginebra para limpiar el estudio y la impresión que nos llevamos fue enorme. Decía yo "...pero Marc...¿Hemos estado viviendo aquí casi un año?" Marc también estaba como en shock...En fin, que así son las cosas y. lo más importante, ya tenemos el espacio que queríamos.

Y aquí la primera foto en nuestra nueva casa. Empieza nuestra nueva vida en Thoiry. Vive la France et vive la République!

domingo, 8 de julio de 2012

Salto al vacío.

El día de la mutación veraniega pudimos presenciar un momento de los grandes en los Baños de Paquis.
Estábamos repanchingados cuando algo nos obligó a mirar hacia la zona de trampolines. En la última de las plataformas, la de 10 metros, una bañista medita sobre su inminente caída al vacío. La chica, por supuesto metamorfoseada como todo Diós allí, duda y duda ante su futuro salto. La espera se prolonga unos largos minutos hasta que el público allí congregado empieza a animarla con aplausos y cánticos. Nosotros, para no ser menos, nos unimos a ellos. La pobre no sabe qué hacer. Todas las focas y leones marinos mueven sus patitas en aplausos cada vez mayores. Ella sigue sin saber qué hacer. El público corea aplausos y ánimos a gritos. Se produce el salto. El público enmudece. El mamífero marino cae. El ruido es estruendoso. La cabeza de lo que a distancia parece una morsa reaparece. Todo el mundo grita de alegría. ¡Espectacular!

"Si lo llego a saber me quedo en casa..."

Al cabo de unos minutos la morsa saltadora se une al grupo animador. Sus nalgas enrojecidas rebelan el porqué del estruendo ensordecedor en su amerizaje. Darwin habría enloquecido...

Metamorfosisi veraniega



Atrás quedó nuestra metamorfosis hivernal en las saunas para dar paso a nuestra nueva e inesperada mutación estival. Ésta se produjo en los Baños de Paquis, lugar al que nos dirigimos para comer y darnos un chapuzón en el lago. Todo sucedió tan rápido que casi parece mentira...¡Pero no lo es! Y por supuesto tengo documentos que así lo certifican.

Si en invierno fueron los macacos japoneses dueños del territorio, ahora en verano, son los mamíferos marinos los que se han hecho con el control de la zona. Baños de Paquis aparece cada día abarrotado de focas, elefantes y leones marinos en poses y actitudes tan variadas como ciertas. Nosotros mismos, sin percatarnos de tales cambios, fuimos también víctimas del extraño encantamiento y no pudimos hacer otra cosa que sucumbir ante su poder.

Los cuerpos allí están por doquier y ofrecen sus carnes desparramadas al sol para que éste las fría sin piedad. Muchos se adentran en el lago perturbando la tranquilidad de las aves que, desorientadas por el espectáculo, casi ni se acercan al lugar. Otros, la menor cantidad de ellos, se pasan el día saltando desde unos trampolines allí dispuestos. Darwin no daría crédito si levantara cabeza.

Pedí a Marc que me sacara una foto y, lejos de aparecer tan divina como esta jovenzuela......éste fue el espeluznante resultado.


¡Prueba inequívoca de lo que allí pasa estos días!




¡Y ya hemos firmado!

¡Pues sí! Desde el viernes, es piso ya es oficialmente nuestro. El próximo miércoles nos darán las llaves pero ya hemos firmado esa cantidad ingente de papeles que constituyen el contrato de alquiler. Yo no sé para qué hay que firmar tanto...¡No quiero pensar lo que debe ser una hipoteca! Jone, por cierto, estuvo pegando bastante la brasa durante el firmeteo (cosa que no me extraña) pero cuando salimos de la immobiliaria estábamos más contentos que unas pascuas. ¡Adios cuchitril!

lunes, 2 de julio de 2012

Quien espera desespera...

Así reza el dicho popular y lo cierto es que en nuestro caso puedo confirmar que así sucede. Llevamos casi tres semanas esperando respuesta del propietario de un apartamento que nos gustó mucho. El apartamento está en Thoiry. Osea, que para el que no sepa de geografía cercana a Ginebra, hemos decidido abandonar Suiza para trasladarnos al Pays de Gex, en la vecina Francia. Supuestamente mañana nos dirán algo. Bueno, no. Quizá mañana tampoco...Hoy hemos sabido que la immobiliaria ha enviado al propietario un últimno documento nuestro. Conclusión: ¿Tendrá la bondad el propietario de mirar dicho documento esta noche? ¿Tomará entonces una decisión? ¿Lo sabremos mañana? ¿Seremos los afortunados?

Backstage de la boda. Para que no se me olvide...

El día antes de la boda dió realmente para mucho. Durante la mañana hicimos las últimas compras y encargamos el ramo de novia. Por la tarde Marc estuvo con Jone por ahí y servidora estuvo poniendo en práctica las lecciones de manicura aprendidas en youtube. Hablando de manicura, esa misma mañana, mientras compraba todo lo necesario para dejar de tener manos de camionero, recibí una llamada inesperada. Era del ayutamiento de Ginebra. No tenían la documentación de los testigos de la boda. "¿Comooooorrrlll?" dije yo. Acto seguido fui a buscar a Marc quien se encontraba en la tienda de electrodomésticos comprando una plancha nueva (¡que no queríamos ir arrugados hombre!). Le explico lo sucedido. Llama a la Mairie y éstos le confirman que en su momento envió mal el fax con las documentaciones. Pedimos un millón de disculpas y, 24 horas antes de la ceremonia, reenviamos todo para que la boda pueda celebrarse. "¡Con un par!" que diría alguno...
Bueno, dicho ésto, regresemos a la manicura youtubesca de la tarde. Pasan las horas y confirmo mis temores. La maldita ecuatoriana del youtube se ha pasado unas diez mil horas, como poco, haciéndose la manicura. ¡No es tan fácil como dice en su video! Mis manos no se parecen ni de lejos a las suyas. La manicura francesa es un infierno y para colmo la acetona se me acaba como si fuera el último barril de crudo del planeta. Me pasé con intentos fallidos unas buenas horas hasta que Marc regresó con Jone a casa. En un momento de descuido Jone se pone de pie y arrea con todo el kit manicuresco que, inconscientemente había puesto sobre la mesa sin protocolo antibebés despiadados. En un gesto que me honra como madre, cojo a mi hija y la alejo sin más de la zona 0 manicuril. Todo por el suelo. Sólo quedaban ya dos gotas de acetona...Valorando el posible abandono en un orfelinato de Jone, decido mejor renunciar a la imposible manicura francesa y asumir las mejoras en mis manos como agua de mayo. Mis manos ya no eran las de un camionero así que podíamos aceptar pulpo como animal de compañía.

Mis padres y mi hermano Asier llegaron al poco rato y fuimos a cenar al Chez Carlos. Nos metimos una cena de órdago entre pecho y espalda. El cordon rouge y la carne de caballo tuvieron mucho éxito.

Regresamos a casa y ahí, después de todo el ajetreo, decidimos meternos en el sobre y dejar para mañana el planchado de la ropa. ¡Craso error! ¿No dice el saber popular que nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy? Al día siguiente nos levantamos con aparente tiempo de sobra. Yo tenía que ir a la peluquería y Marc debía recoger el ramo de novia. El día amaneció lluvioso pero no nos pareció nada grave. Empiezo a preparar las cosas, cojo la flamante plancha nueva y la enciendo. Al cabo de pocos segundos huele a quemado. ¡¡La planchaaa!! Con las prisas no retiré el plástico protector de la plancha y éste, con el calor, se pegó cual mala cosa desprendiendo un fuerte olor a goma quemada.¡Desastre total! No había manera de retirar el plástico. Con mucha paciencia y la suerte de los tontos, consigo retirar el plástico quemado y prosigo el planchado de la ropa. ¡Lo que sea, pero nada de casarse arrugados! Salimos de casa ya tarde y en el Skodi nos ponemos rumbo a la Mairie. Ginebra, lluvia, coches...¡El tráfico era otro infierno! Nos costó horrores atravesar el puente de Monblanc. Incluso llamamos a la Mairie para decir que llegábamos tarde. Marc y yo, desesperados por el miedo a que la boda no puedira celebrarse. Jone se nos puso a llorar y tuve que darle el pecho en el coche. Se quedó frita, la pobre. Atravesamos el puente de Montblanc, aparcamos el Skodi en un parking y salimos corriendo con Jone dormida en su cochecito. La boda era a las 11:00 y al final llegamos a las 11:01 pero, por suerte, los suizos nos perdonaron el retraso. La mujer que nos casó fue un encanto y todos los invitados se autropesentaron en nuestra ausencia. Total, que al final todo salió bien y ahí quedó la aventurilla. La verdad que con todo llegamos un poco "arrugaos" pero nos casamos y la mar de contentos. Por cierto, no he vuelto a planchar nada desde entonces...
  

¡Atención! Prohibido...

¡Héte aquí uno de esos misterios de mi cotidianidad! Ésto que ven aquí no es otra cosa que una extraña señal de prohibición que, desde hace ya unos años, cuelga de la puerta de uno de los despachos del CERN. Sí, de ese centro de investigación de renombre. De ese lugar que bien podría darnos la respuesta al origen de todas las cosas de este mundo. ¡Pues bien! Como decía, hace años que esta estampa decora la puerta de uno de los despachos y siempre la veo de camino al Restaurante 1 (o R1 a secas).


Como ya me pasara la primera vez que la vi, aún hoy me sobrecoge el tsunami de preguntas que se forma en mi cabecita al ver semejante icono. ¿Qué demonios significa? ¿Prohibido limpiar? ¿Prohibida la entrada a mujeres con cubo y escoba ortopédica? ¡¡Cuidao, ésto no es el armario de la escoba ortopédica y el cubo!! Si soy hombre y me encargo de la limpieza, ¿puedo entrar? También me pregunto cuándo pusieron esta señal. ¿Será reciente? ¿Hay más señales como esta en el CERN? ¡¿Dónde?! Y sobretodo: ¿Es una broma?