martes, 23 de julio de 2013

La bicicleta y todo lo demás.

Bueno, vaya por delante que la película que vimos ayer fue Oblivion y que fue una verdadera basura...

Después de este dato anecdótico (como casi todo lo que escribo aquí), acabaré de explicar la aventurilla triathlera y lo que sucedió después de que saliera del lago.

Lo de salir del lago tiene su qué y no sólo por el hecho de que la natación previa con rémora es de lo más cansada. Cuando te pones en pie tu cuerpo no parece tuyo y supongo que eso es lo difícil que tiene esto del triathlon. Es como si, poco a poco, recuperases la sensación de tener piernas y así vas corriendo (o algo parecido) hasta llegar a la zona donde está tu bicicleta. La zona de transiciones, vamos.

En este caso dicha zona estaba como lo estaban las boyas en el lago. Ahorraré la frasecita (por hoy). Cuando finalmente llegas lo primero es encontrar tu bici y no montarte en una parecida con unas bambas que no son las tuyas. Parece cosa fácil pero no lo es.

En mi caso no llevaba neopreno así que, se supone, la cosa no tenía que ser muy complicada. Pues no sé qué hice pero mi primera transición fue de las más lentas. Que, por cierto, te miden todos, toditos los registros. ¿Va a ser que Marc tiene razón en eso de que tardo un huevo cada vez que me ducho? La cosa es que yo tenía la impresión de ir la hostia de rápido per está claro que el conocerse (y sobretodo el desconocerse) depende de las variadas situaciones a las que te enfrentas...

Finalmente salgo con la bici y ahí constanto nuevamente que el ser humano es fascinante. ¡Pero qué velocidad lleva la gente! ¡Y hablo de gente de todo tipo! Con el atletismo ya aprendí que las apariencias son sólo apariencias y que jamás (¡jamás!) debes valorar a nadie por su aspecto. Yo ya he visto chicas muy bajitas saltar 1,80 en altura y tías de buenos panderos correr como jabatas así que lo que vi en la sección bicicleta era más que esperable. 

Yo no llevo calas porque me da miedo caerme con la bici enganchada y porque para mi nivel bicicletero sin ellas voy que ardo. Con calas o sin ellas, me adelantaron gentes de todo tipo y de panderos de todos los tamaños. Lo de la bicicleta es tremendo. En las bajadas yo seguía pedaleando y gentes de buenos panderos me adelantaban sin siquiera mover las piernas. ¡Impresionante! 

Los 20 km en bici  fueron más duros de lo que esperaba. No llevaba botellín de agua (gadget imprescindible que tengo que adquirir) por lo que acabé con la lengua como si fuera de esparto...¡Qué sed!

Cuando llegué de nuevo a la zona de transiciones sólo tenía que bajarme de la bici, quitarme el casco, beber agua del botellín que tenía en mi sitio y salir corriendo. Lo hice todo menos lo de beber agua.¿¡Pero soy jilipollas o qué!? Pues espero que sólo sea el efecto transición. En esta ocasión, con las prisas, compensé el pachorrismo de mi primera transición.

En cualquier caso a los quince metros el esparto de mi boca era insoportable y por primera vez en mi vida deportiva echo mano, sí señores, del avituallamiento. ¡No veas! Lo de coger ese vaso de plástico y atinar en la boca tendría que ser por sí misma modalidad olímpica. Con la sed que tenía y lo acartonada que estaba, inundar mis fosas nasales de Gatorade fue un cuadro. Pero ahí que seguí y hasta repetí avituallamiento. En esta ocasión, además, cuando me deshice del vaso casi acerté a darle a un pobre viandante en la cabeza. Cosa que, de haber sucedido, igual habría naturalmente incrementado mi ritmo por miedo a las represalias. 

Debo decir que lo de correr se me da mejor que la bici y que, milagrosamente, fui adelantando corredores durante toda la fase. Lo que fuera menos quedarse en la terrible tierra de nadie.

Pero el recorrido es emocionante y el esparto ha desaparecido de mi boca. El lago luce espectacular y mis pensamientos son constructivos. Todo positivo. Pienso en Jone y en Marc. Por un momento recuerdo el video de Forrest Gump y siento que se me escapa la sonrisa. Sigo adelantando a más corredores y visualizo la meta. Miro el reloj y veo que lo de bajar de hora y media va a ser difícil. Sigo, sigo, sigo y finalmente llego a la meta parando el crono en 1:31.17. No había bajado de la hora y media pero era lo de menos. ¡Lo había conseguido!


 

lunes, 22 de julio de 2013

Motivación. Videos para correr y para todo lo demás...(vol.2)




Modo de empleo: Para cualquier ocasión donde pinten bastos. ¡Usted también puede ganar si se lo propone!



Modo de empleo: Visionar este video regularmente. ¡Pero qué sabio es el Maestro!


Modo de empleo: ¿Que ésto no le anima a correr?¿Que qué coño pinta este video aquí? Querido lector, usted no ha entendido nada...¡Usted tiene mucho (pero mucho) que aprender de las bestias!



Modo de empleo: Para no tener miedo. Para recordar, por el placer que eso supone, lo que es evidente.


Modo de empleo: Para cualquier momento de desesperación y recuperar la fe (o como quiera usted llamarlo).


Modo de empleo: Para sentirse la hostia. ¡Y punto!



Modo de empleo: Para cualquier ocasión. Substituya Máximo Décimo Meridio por su nombre completo. Lamento decirle que dos apellidos siempre quedan mucho mejor que uno pero también es verdad que si usted es inglés no estará leyendo ésto así que...¡Dos piedras!


Modo de empleo: Para esos días en que hay que salir a correr, sí o sí. El traje y corbata son ideales para sentirse como Douglas pero si usted es mujer también se admiten la falda y los tacones. No sabemos  si, en tal caso, los tacones le permitirían llegar muy lejos pero sólo por comprobar la cara de asombro de los viadantes al verla de tal guisa, no se corte. ¡Eche a correr! ¡Ah! ¿Que es usted Drag Queen y le pilla la necesidad de correr regresando del Certamen Mundial de Queens con el supertraje y todas las plumas?¡No se corte! ¡Eche a correr! Causará sensación.


Modo de empleo: Efectivamente. Si algo vale la pena...¡VALE LA PENA!


¡Estoy vivaaaaa!

¡Pues efectivamente, así es! Ayer hice el triathlon de Ginebra y ya os puedo adelantar que no fue necesario recurrir al equipo de salvamento en el lago. Por si alguien esperaba una historia dramática donde casi muero ahogada en el Leman. ¡Que no, que no, que no!

La parte de nadar me tenía de un nervioso que no veas. Yo creo que Mi Hombre ya estaba por ir a pedir los papeles del divorcio. ¿Mi Hombre, tú crees que me voy a ahogar? ¿Mi Hombre, tú crees que llegaré a las boyas o que me iré a tomar por culo?¿ Mi Hombre...?  ¡Pobrecito mío!

Pues al final la natación, mira tú por donde, fue lo mejor. El lago estaba como una balsa y no era necesario llevar neopreno. Cosa que, en parte, me dio pena porque ya que tengo traje de superheroe pues, qué coño, lo guapo es poder ponértelo. Pero la temperatura era ideal así que no hacía falta. Bueno, sí había gente que lo llevaba pero ya se sabe que el neopreno da superpowers así que se entiende perfectamente.

La salida es superemocionante. Estás ahí, con el cielo recien estrenado y con un montón de desconocidos que, en su locura, también han decidido que no había mejor manera de empezar el día. Y cuando suena el disparo pues todo el mundo al agua.

Yo me había propuesto empezar tranquila y rezagada. Todo para ahorrarme la marea de hostias que acompaña a estos inicios. Pero claro, yo creo que lo del disparo activa un comportamiento autómata en mí cuerpo fruto de los años de entrenamiento atlético. Con el disparo, la estrategia se va a la mierda y ahí que salgo (contra mi voluntad) olvidándome de lo de "espérate un par de segundos y ahórrate la marea de hostias". ¡Y vaya que si salí! Me comí no sé cuántos pies y regalé no sé cuántas coces a aquellas gentes desconocidas que no sabían mejor manera de empezar un domingo cualquiera. ¡Y qué emoción!

Cuando el modo autómata me abandonó (cosa que sucedió a los 10 segundos) pues ya incorporé el modo racional al sistema operativo y empecé a nadar pensando en que, efectivamente, la boya estaba a tomar por culo (perdón por la expresión) y que, si no quería montar un numerito de salvamento, más me valía ir tranquilamente. Pero claro, algunas de esas gentes desconocidas ya se habían acostumbrado a mi presencia y, concretamente, me las tuve que ver con un par de nadadoras que, no sé por qué, se imantaron a mi cuerpo como las rémoras lo hacen a los ballenatos. ¿Pero es posible nadar, literalmente, por encima de otra persona? Os digo yo que sí, que es posible. Yo lo hice y lo más fuerte es que, quien me tuvo encima, parecía disfrutarlo. ¡Tengo que llamar al tío de Cuarto Milenio!

"Buenas noches amigos del misterio. Hoy hablaremos del enigmático caso de la triatleta rémora. Un caso espeluznante."

Pues sí, Iker, sí. El asunto es muy fuerte pero la cosa no acabó ahí.

La movida después de nadar es que tienes que ir a por la bicicleta a la zona de transición que en este caso estaba donde Cristo perdió la gorra. O a tomar por culo, directamente. Pero ahí que vas en bañador y con la marca de las gafas en la cara corriendo por la calle.

La parte de la bicicleta es tremenda. ¡La gente va a unas velocidades increibles! Otro día hablaré de esta fase porque no tiene desperdicio.

Como ahora mismito vamos a empezar el visionado de una pinícula, dejo por hoy el relato historiado de esta particular aventurilla. Aventurilla que espero repetir y que recomiendo a cualquier persona inquietada por el fenómeno de la rémora humana o que, en su defecto, desee empezar el domingo de una manera diferente.


sábado, 20 de julio de 2013

Motivación. Videos para correr y para todo lo demás...



Modo de empleo. Mr William Wallace no está hablando a sus paisanos. ¡Mr Wallace le está hablando a usted! Substituya "tirania" y "enemigos" por cualquier circunstancia vital o ser humano que le esté jodiendo la vida en este momento.




Modo de empleo. Subtituya "Forrest" por su nombre propio. Eche a correr.



Modo de empleo. Utilizar en casos de extrema pérdida de auoconfianza. Si tal cosa no resulta, permita que su pareja, amigo o quien sea, le atice con una buena escoba. Practique el concepto "quedarse en el pasado o aprender de los escobazos". 



Modo de empleo. Substituya al jilipollas de la agencia de viajes por cualquier otro jilipollas que le desaliente ante cualquier proyecto que usted le confíe y que le haga verdadera ilusión. En el mundo real mande además a tomar por culo a dicho individuo.



Modo de empleo. ¿Preocupado porque tu material deportivo no es de última generación?¿No has encontrado una excusa mejor? ¡Levántate ahora mismo y echa a correr!

Más videos en próximas ediciones...


Mañana, mañana...

 ...voy a hacer la triathlon de Ginebra y ahora mismito estoy de un acojone que ni te cuento.


Hoy he ido a recoger el dorsal y al ver las banderolas, la gente correteando y, sobretodo, el lago me han entrado unos nervios espectaculares. Yo creo que no me ponía así desde mi primer campeonato de España junior de atletismo.¡Vaya tela! 

Con mi dorsal y todos los gadgets que me han regalado (una bolsita de muesli, una botella de agua, una toalla y una tira semielástica que aún no sé para qué sirve) me he acercado al lago y a la playa de salida. Mi intención, claro, era ver las boyas o, lo que es lo mismo, en qué se traduce eso de nadar 500 metros en un lago. La verdad que no me ha quedado muy claro el asunto porque al ver las boyas lo único que he pensado es que estaban a tomar por culo...

En fin, mañana saldré de dudas y sólo espero no tener que recurrir al equipo de salvamento que, supongo (y espero), la organización habrá dispuesto por si las moscas.¡¡AAaAaaaaaaAAAarrrrrghhhh!!


martes, 16 de julio de 2013

Entre Cuenca y Torremolinos.

Allí es más o menos donde voy cada vez que me pongo el neopreno e intento alcanzar algún objetivo estratégico para mi entrenamiento de pacotilla. Por objetivo estratégico entenderemos cualquier punto o elemento de referencia para nadar. Destacan a tal menester la socorrida plataforma de salto, la típica boya a tomar por culo, la señora con gorro floreado que quiere suicidarse, los matojos de juncos que no esperabas desayunar, o el barco que parecía más cerca y que, como la boya, está a tomar por culo también... 

Todos estos objetivos son, cuanto menos, útiles para constatar que lo de ir en línea recta en el agua es harina de otro costal y que en mi caso es, simplemente, imposible. El domingo que viene espero participar en la triathlon de Ginebra y ahí tengo que nadar 500 metros. Yo intento visualizar a ojo tuerto cuántos son esos 500 metros en el agua pero me temo que, ni acertando con los objetivos, soy capaz de economizar un poco el asunto. El domingo, en cualquier caso, saldremos de dudas.  

"Manolo, cuando lleguemos a la playa hazme un favor...¡¡Recuérdame que no vuelva a salir a nadar contigo en la puta vida!!"(*)

(*)Aquí un infeliz que se fió de alguien sin orientación acuática...

Se me comió la lengua el gato.

Desde hace unas semanitas me he quedado un poco muda y eso en alguien como yo (de verborrea excesiva y a menudo cargante) es extraño. A falta de felino en casa, sospecho que tal efecto es simplemente fruto de los percances pasajeros que la vida ésta te brinda y supongo que la cosa irá remitiendo. Para tranquilidad de Marc y amargura de los que me prefieren más silenciosa, hoy me siento mucho mejor y por eso me he puesto delante del ordenador. Por eso, y porque Jone está echando una siesta, voy a actualizar un poco este despropósito de blog. Ejercicio sano donde los haya y remedio infalible para alejar a patadas a cualquier felino sospechoso que me encuentre por ahí.