miércoles, 25 de abril de 2012

Seguimos buscando...

Esta tarde he visitado un nuevo piso de alquiler. He ido con Jone metida en su macuto porque esto de las visitas de pisos con cochecito es tarea complicada. A veces he coincidido en el piso a visitar con varias docenas de personas por lo que es mejor dejar aparcado el cochecito en casa.

Este piso estaba en el barrio de Eaux-Vives y, aunque nos queda un pelín lejos, he ido a visitarlo porque lo primero que ves al salir del portal es el jet d'eau. No sé si parecerá una chorrada pero para mí tiene su gracia vivir al lado del jet d'eau. En fin, allí que nos hemos ido.

Al llegar al portal, además del jet d'eau, me he encontrado con la carretada de aspirantes a inquilino de siempre. El piso era una planta baja. El portal estaba lleno de gente y a mi lado a ido a parar un tipo bien vestido, con abrigo azul oscuro largo y aspecto de ejecutivo. Ha saludado a Jone con un "cou-cou!" y le ha dicho algo así como: "te lo van a dar a ti...te lo darán a ti por ser un bebé...cou-cou!" Yo he sonreido cordialmente y el tipo ha vuelto a decir, en esta ocasión dirigiéndose a mí, que el piso era nuestro. Yo le he vuelto a sonreir pero, en inglés, le he dicho que de ser eso así de claro no estaría aún buscando piso. El tipo me ha hecho una mueca de difícil definición. Entramos en el piso y nos separamos por un momento. El piso muy mono. Llego hasta la cocina y el ejecutivo reaparece para decirme alzando los brazos: "¡Éste piso es suyo!¡Se lo van a dar a usted!" Empiezo a sentirme un poco absurda y le explico al buen hombre que eso de los bebés son leyendas urbanas y que ya he visitado veinte pisos. El tipo me mira afilando los ojos y me dice que él lleva 24 meses buscando apartamento. Yo, la verdad, me quedo de pasta de boniato. Comenzamos a charlar e iniciamos la típica conversación entre aspirantes a inquilino: "que si Ginebra es una locura, que hay que ver como está el tema de los pisos, bla, bla, bla..." El tipo no deja de mostrar un semblante de enfado. Le digo que no estoy muy segura de que tener un bebé sea garantía de nada. Él sostiene que sí. Le pregunto si tiene hijos. Me mira fijamente y me dice: "¿Yo?¡Estoy divorciado!". Deduzco que sí que los tiene, los hijos. Me explica que vive en un 3 piezas (en cristiano, significa que tiene un piso de 1 habitación). Le deseo buena suerte y acabamos por separarnos. Yo me quedo un rato en la cocina y él se va al lavabo.     

Acabo la visita y veo como el tipo desaparece por la puerta del portal. Dejo que transcurra un tiempo antes de salir porque no quiero volver a coincidir con él. Por un instante visualizo al protagonista de "Un día de furia" y me pregunto si nuestro tipo de chaquetón largo sería capaz de emprenderla con una pobre madre immigrante y su inocente bebé. Casi se me escapa una risa. Pasado ese tiempo de prudencia salgo por el portal y le digo a Jone: "¿Tú crees que podríamos vivir aquí?" Creo que siempre le digo lo mismo.

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