viernes, 7 de enero de 2011

Mi primera tarea titánica del 2011...

¡Creedme si os digo que en la vida habría pensado que desmontar un árbol de Navidad podría ser tan cansado!
Resulta que, por eso de estrenar piso y fiestas, compré un árbol de Navidad made in china para surtirlo de pelotillas doradas y cachibaches horteras. El arbolico me salió por el módico precio de 13.5€ cosa que, para ser de metro y medio y de plástico sin controles de la UE, no estaba nada mal.
Hoy lo he desmontado y árdua ha sido la tarea de devolverlo al interior de su caja de cartón.
La pelea con sus barillas de metal no homologado y sus patas ortopédicas casi me ha hecho contemplar la posibilidad de dejarlo a medio meter en su dichoso habitáculo. Me he pinchado con sus cutreimitaciones de hojitas de abeto y he tenido que apretujarlo contar la pared a riesgo de romper la caja, el árbol y la pared misma.
Finalmente, tras larga batalla, he conseguido la victoria y sólo cientos de plastificadas hojas verdes han quedado en el suelo de mi comedor. Testimonio inerte de la lucha que allí ha tenido lugar...
"¡Ah, maldita mortal! ¡La venganza será terribleeeeeeee!"


1 comentario:

  1. A mí siempre me pasa lo mismo con el mío!prepárate para el año que viene que parece que crecen o que la caja se hace más pequeña!un besito!

    ResponderEliminar